GALERÍA MARITA SEGOVIA: CAMPOS DE COLOR, GEOMETRÍA Y ABSTRACCIÓN
9 feb. 2020
art madrid
La galería madrileña Marita Segovia expondrá en Art Madrid, una selección de obra de cuatro artistas con identidades y discursos artísticos diferentes pero con claras conexiones estéticas, formales y simbólicas. Abstracción y geometría definen la obra de estos cuatro creadores contemporáneos: Anke Blaue, Eduardo Martín del Pozo, Lourdes García O’Neill y Manolo Ballesteros.
La pintura de los campos de color es uno de los múltiples movimientos que surgen con el expresionismo abstracto americano, siendo su máximo exponente Mark Rothko. Las composiciones en las “colour field paintings” se caracterizan por grandes superficies planas combinadas de color en las que se juega con diferentes matices lumínicos. La artista Anke Blaue (Alemania, 1967), va más allá del juego cromático y crea, sin impedimentos, una comunicación espontánea a través del efecto visual producido por la característica inherente del propio material utilizado.
Los azules, verdes, rojos y amarillo elegidos por Blaue se hacen más solemnes al estar plasmados sobre piezas de linos antiguos, superpuestos pacientemente unos sobre otros, creando líneas compositivas de una extrema sutileza que unidas al granulado propio del tejido producen una especial agitación y sensación de abismo.
Los planos de color son también una constante en la obra de Manolo Ballesteros (Barcelona, 1965), quien suele combinar en sus obras dos colores como máximo. Ballesteros intenta buscarse a sí mismo. Para él “la pintura es una forma de pensar, nunca tiene un significado concreto. Lo que sí tiene es musicalidad, tiende a la espiritualidad por el ritmo, los espacios y los tonos de color”.
En sus gouaches sobre papel crea formas geométricas que sutilmente se apoderan del lienzo originando formas caprichosas. Durante los últimos años su trabajo ha experimentado en el terreno de la abstracción, jugando con la complejidad geométrica a través de la uniformidad de los pigmentos y la reducción de los perfiles. Como resultado de estas investigaciones su obra más reciente es reflejo de la convergencia de formas redondeadas sobre fondos monocromáticos donde el espectador queda atrapado en un arte enérgico y dinámico.
En las composiciones de Lourdes García O'Neil, volvemos a ver reminiscencias de algunas tendencias artísticas pertenecientes al movimiento expresionista americano. La artista sevillana, combina en sus lienzos de gran formato, formas abstractas de diferentes colores. Mediante color y forma, y dejándose llevar por el sentimiento, en su obra más reciente consigue una síntesis que descarta cualquier elemento insustancial antes contenido en ella.
En algunas obras de García O’Neil, las formas se diluyen en el plano, trasladándonos a los “bloques de color” de la artista estadounidense Helen Frankenthaler. Sin caer en la geometría de ellos, su producción puede sugerirnos la del Equipo 57 por la factura de su trazo suelto y fragmentado.
Eduardo Martín del Pozo (Madrid, 1974) es quizás, de los cuatro artistas, el que tiene una propuesta más figurativa. En algunas de sus obras como encontramos espacios simulados, mientras que, en otras cómo “2017.53”, estos espacios se desvanecen convirtiéndose en ingrávidos e imprecisos. La obra **“2018.24” nos muestra como Martín del Pozo acentúa la indeterminación de la configuración de su obra, acentuando la pureza y definición de su gesto, lo que hace que éste origine un entramado pendido en la superficie del soporte.
La investigación de Martín del Pozo se fundamenta en las relaciones que pueden establecerse entre las artes plásticas y otras manifestaciones, en concreto la música. El artista juega con el ritmo, la repetición y la simetría como si sus obras fueran estructuras musicales.