Art Madrid'25 – 20 ARTISTAS MUJERES QUE DEBES CONOCER EN ART MADRID’25

La presencia de mujeres artistas en el circuito del arte contemporáneo sigue marcada por una desigualdad estructural que, aunque ha mostrado avances recientes, aún evidencia una brecha de género significativa. Según el Informe sobre el Mercado del Arte Contemporáneo 2024 de Artprice, las artistas femeninas han logrado mayor visibilidad y protagonismo en el mercado. Entre 2023 y 2024, siete mujeres destacaron entre los diez mejores artistas ultra contemporáneos por facturación en subastas, y el número de transacciones relacionadas con ellas se ha triplicado en una década, alcanzando cifras récord en 2023. Sin embargo, estos avances, aunque alentadores, son insuficientes cuando se analizan desde una perspectiva global, reflejando una necesidad urgente de representación más equitativa y sostenida. En este contexto de transformación, el cambio ha sido impulsado por una revisión crítica de la Historia del Arte y el compromiso de actores clave en el ecosistema cultural. Las mujeres artistas, que históricamente han sido marginadas, emergen hoy como una fuerza que cuestiona los moldes establecidos.

Art Madrid’25 refuerza su apuesta por visibilizar a las mujeres artistas, reuniendo a veinte creadoras de diversas generaciones y geografías - incluyendo España, Portugal, Brasil, Cuba, Perú, Taiwán, Alemania, Sudán, Argentina y México - para destacar su fuerza y autenticidad. Esta selección privilegia no sólo la calidad de las propuestas, sino también su capacidad de interpelar al espectador, invitándonos a comprender el arte como un territorio plural y necesario. A través de esta iniciativa, invitamos tanto a coleccionistas como al público a descubrir y valorar una multiplicidad de perspectivas que, al encontrarse, enriquecen el panorama artístico contemporáneo.


Alba Lorente. C4 y C5. 2024. Tinta china y cartulina sobre cinta de carrocero. 70 x 92 cm.

ALBA LORENTE. Galería Carmen Terreros

Alba Lorente (Zaragoza, 1994) vive y trabaja en Madrid, aunque mantiene un fuerte vínculo con su ciudad natal. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Zaragoza, con un Máster en Producción Artística Interdisciplinar por la Universidad de Granada y un Doctorado en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, su carrera no ha dejado de crecer. Reconocida con importantes premios, como la beca en Casa Velázquez y el galardón a la mejor artista aragonesa en 2023. Su trabajo se basa en la deconstrucción y regeneración de la materia, utilizando blanco y tinta china. Influenciada por la estética destructiva de algunos artistas latinoamericanos de los años 60, aborda la destrucción como una forma de creación y como una manera de canalizar las pulsiones humanas más intensas.


Ana Cardoso. ST. Acrílico sobre MDF. 2022. 100 x 100 cm.

ANA CARDOSO. Galeria São Mamede

Ana Cardoso (Oporto, 1980), es una de las voces más singulares del arte contemporáneo portugués. Licenciada en Artes Plásticas por la ESAP y Doctora en Arte y Diseño por la FBAUP, su trayectoria combina rigor académico y una creatividad que no deja de evolucionar. En su trabajo destaca el diálogo entre lo figurativo y lo abstracto a través de una composición que combina la serenidad del paisaje con la presencia de objetos o cuerpos humanos. Utiliza la simplificación formal para invitar al espectador a reflexionar sobre el tiempo y la memoria, explorando cómo los objetos cotidianos pueden convertirse en portadores de significado emocional e identitario.


Ana Pérez Ventura. Chopin, Étude op. 25nº1, m.112. 2024. Madera perforada, barniz acrílico incoloro. 40 x 40 cm.

ANA PÉREZ VENTURA. Galería Metro

Ana Pérez Ventura (Santiago de Compostela, 1981), es una artista visual profundamente influenciada por su formación como pianista clásica. Su obra, centrada en la pintura, busca traducir la esencia efímera del tiempo, propia de la música, en formas visuales tangibles. A través de una repetición rítmica, casi metronómica, crea un registro orgánico del paso del tiempo, transformando lo inasible en algo concreto y palpable. Con estudios en Bellas Artes y Música en Vigo, Barcelona, Ámsterdam y la Sorbona de París, donde obtuvo un máster en 2011, ha dedicado su vida a explorar el diálogo entre las artes visuales y la música, transformando lo efímero en tangible y dando forma y sustancia a la esquiva naturaleza del tiempo.


Brenda Cabrera. Instante de un jardín en llamas. 2024. Acrílico sobre lienzo. 81 x 57,2 cm.

BRENDA CABRERA. Collage Habana

Brenda Cabrera (La Habana, Cuba, 1997) es una artista visual y diseñadora graduada de la academia San Alejandro y la Universidad de las Artes (ISA). Su trabajo abarca diversas disciplinas como el dibujo, la pintura y los NFT, pero es su creación de un universo propio lo que la distingue: los Prototipos. Estos personajes híbridos diseñan sus propias políticas de coexistencia en un ecosistema autónomo que, a través de una reinterpretación de los roles de género, las políticas domésticas y la construcción de la identidad en la contemporaneidad, explora las complejas relaciones entre lo individual y lo colectivo. La artista construye su imaginario a partir de recuerdos de su infancia, marcados por las huellas visuales y materiales de la antigua Unión Soviética, y objetos familiares que configuran su visión artística.


Anna Guilhermina. Samaúma. 2024. Impresión UV en chapa de madera. 79 x 79 cm.

ANNA GUILHERMINA. Jackie Shor Projects

Anna Guilhermina (Brasil, 1980), construye paisajes imposibles que habitan entre el sueño y la realidad. Con una formación que abarca desde la Arquitectura y el Urbanismo hasta la fotografía y el arte contemporáneo, ha desarrollado una obra profundamente experimental que disecciona la naturaleza en capas visuales y materiales. Su lenguaje artístico, marcado por el montaje y la fragmentación, combina elementos como madera, vidrio, cobre y acrílico para crear escenarios que desafían la percepción. Estos paisajes no solo revelan un interés por la superposición de formas y texturas, sino que proponen un diálogo entre la figuración y los materiales, oscilando entre la solidez y la evanescencia.


Inés Jimm. Nudismo. 2024. Óleo sobre algodón. 73 x 80 cm.

INÉS JIMM. Canal Gallery

Inés Jimm (Sevilla, 1996) ha logrado convertir la vulnerabilidad en el centro de su obra, donde el sueño se presenta como un espacio de libertad absoluta. Con un Máster en Arte Digital e Ilustración (2020) y un Máster en Animación 2D (2021) por la Escuela Trazos, Jimm ha perfeccionado su técnica, que utiliza la pintura al óleo para capturar el momento preciso en que los cuerpos se despojan de sus roles y máscaras, mostrándose en su máxima fragilidad. Las ojeras, recurrentes en sus composiciones, no solo son un rasgo físico, sino un reflejo autobiográfico del cansancio existencial y de la tensión entre el descanso y el despertar. Su estilo, influenciado por Sorolla y Freud, invita al espectador a cuestionar la intimidad de esos momentos tan privados, generando una incomodidad que desafía las fronteras de la observación.


Carolina Bazo - Selva Roja. 2022. Foto performance, impresa en papel de algodón. 42 x 28 cm.

CAROLINA BAZO. O Art Project

Carolina Bazo (Lima, Perú, 1968) es una de las voces más destacadas del arte contemporáneo peruano, cuyas obras han cruzado fronteras para situarse en escenarios internacionales. Estudió pintura en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y perfeccionó su técnica en la Akademie der Bildenden Künste de Munich, Alemania. Su obra, que abarca desde el grabado hasta la escultura e instalación, se caracteriza por una reflexión constante sobre la identidad y la memoria. En los años noventa, en un contexto de agitación política y social en Perú, su trabajo se vinculó al activismo feminista, desafiando las narrativas impuestas y cuestionando la misoginia de la esfera cultural limeña. La obra de Bazo no solo pone en cuestión las estructuras sociales, sino que también invita al espectador a habitar un espacio entre lo lúdico y lo profundo, entre lo lleno y lo vacío, entre lo que es visible y lo que permanece oculto.


Suling Wang. Root of Wisdom. 2022-2023. Acrílico y óleo sobre tela. 176 x 176 cm.

SULING WANG. CHINI Gallery

Suling WANG (Taichung, Taiwán, 1963) comenzó desde temprana edad a tejer en su mente una relación compleja entre los mundos que la conformaban: el Oriente que la vio crecer cerca del río Dajia, y el Occidente que abrazó cuando se formó en la Central Saint Martins y el Royal College of Art de Londres. A través de sus grandes pinturas abstractas, Wang logra fusionar estos universos aparentemente opuestos, creando un lenguaje visual propio que cruza las fronteras culturales. Después de dos décadas en Londres, donde su arte ganó reconocimiento internacional, Suling Wang regresó al pequeño pueblo de Taichung, donde redescubrió la quietud que tanto necesitaba para continuar su exploración. Sus pinturas, ahora parte de importantes colecciones internacionales como las del Guggenheim de Nueva York y el MOCA de Los Ángeles, no son solo una fusión de técnicas y tradiciones, sino una profunda reflexión sobre el tiempo, el espacio y la memoria.


Claudia Doring Baez. Richard Pousette Dart - Thad Jones, 1955. 2023. Óleo sobre lienzo. 72 x 55.88 cm.

CLAUDIA DORING BAEZ. O Art Project

Claudia Doring Báez (Ciudad de México, 1956), ha desarrollado la mayor parte de su carrera en Nueva York, donde se ha establecido como una de las voces más significativas de la pintura contemporánea. Su trabajo es un diálogo constante con la historia del arte y la literatura, una conversación que, a través de un lenguaje expresionista y renovado, se vuelve personal y única. Claudia adopta y reinterpreta detalles de la obra de grandes artistas de siglos pasados, desde el Expresionismo alemán hasta la poesía de Marcel Proust, pasando por Tiziano, Fra Angelico y Vermeer. A través de este proceso de apropiación y recreación, crea una obra que no solo dialoga con el pasado, sino que también lo transforma, llevando la tradición a un terreno nuevo, cargado de emoción y profundidad.


Tatiana Blanqué. Interferencias electromagnéticas en la naturaleza. 2023. Óleo y rotulador permanente sobre tira de obra original. 38 x 68 cm.

TATIANA BLANQUÉ. Galería Espiral

Tatiana Blanqué (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, 1971) es una artista visual de reconocido prestigio tanto a nivel nacional como internacional. Su formación en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona marcó el inicio de una carrera dedicada a la pintura y el volumen. Proveniente de una familia vinculada a la moda y la fotografía, Blanqué ha estado inmersa en la creatividad desde su infancia. La artista busca encapsular pequeños fragmentos de la realidad, observando la interacción entre las personas y su entorno, en espacios geométricamente ordenados que permiten una reflexión personal. Su trabajo se caracteriza por el uso de escenarios blancos y atemporales que invitan al espectador a interpretar lo que encuentra dentro de ellos.


Francesca Poza. Silencio. Cuando el silencio ilumina nuestra mirada. Las palabras se deshacen… Dedicado a todas las personas que padecen alzhéimer. 2023. Papel Hahnemühle de 300gr. Tarlatana teñida. 50 x 50 cm.

FRANCESCA POZA. Alba Cabrera Gallery

Francesca Poza (Mataró, 1965) ha desarrollado una obra artística que es, por encima de todo, un ejercicio de resistencia contra el olvido. Su formación en grabado y pastel, acompañada de estudios en diseño gráfico y forja, la ha llevado a un constante proceso de experimentación con el papel. Es conocida por su capacidad para transformar materiales sencillos, como el papel reciclado, en piezas cargadas de significado y emoción. Fundadora de la editorial Deep Edicions y del grupo de artistas GAP, Poza ha sido también docente, impartiendo su saber en diversos talleres y asociaciones, entre ellas la Escuela de Arte y Diseño Deià de Barcelona y la Asociación Catalana "La Llar" de Afectados por la Esclerosis Múltiple. Su labor ha sido reconocida en numerosas exposiciones individuales y colectivas, tanto en España como en el sur de Francia.


Inés Rubio Roa. Resaca en la jungla. 2024. Óleo sobre lienzo e hilo bordado. 100 x 150 cm.

INÉS RUBIO ROA. Moret Art

Inés Rubio Roa (Madrid, 1996), es una artista visual madrileña con un doble grado en Bellas Artes y Arquitectura. En su obra, el trabajo figurativo se convierte en una vía para dar forma a un universo onírico, repleto de elementos cargados de simbolismo personal y nostalgia. Su enfoque se mueve entre lo surrealista y lo empírico, fusionando la imaginación libre con la observación del mundo tangible. Para ella, pintar es un acto de exploración, un medio para transmitir sensaciones efímeras pero intensas, buscando siempre una conexión que trascienda el tiempo y la materialidad de la obra.


Joana Gacho. ST. 2023. Técnica mixta sobre papel. 33 x 65 cm.

JOANA GACHO. Trema Arte Contemporânea

Joana Gancho Évora, Portugal, 1980), se formó en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Lisboa en la especialidad de pintura. Su obra refleja una fascinación por la ciudad, un espacio que, para ella, se convierte en un escenario de encuentros anónimos y dinámicos. Los personajes que pueblan sus lienzos, despojados de rostro y carácter individual, se disuelven en la arquitectura, en la geometría que define el paisaje urbano. Juega con la idea de la ventana, como un límite a nuestra percepción, mostrando que la ciudad, aunque la observemos detenidamente, sigue existiendo más allá de lo que somos capaces de ver.


Katharina Arndt. Barceloneta Beach. 2023. Acrílico sobre lienzo. 190 x 450 cm.

KATHARINA ARNDT. Ting Ting Art Space

Katharina Arndt (Alemania, 1981) vive y trabaja entre Berlín y Barcelona. Formada en la Escuela de Arte de Braunschweig, obtuvo su Maestría en Bellas Artes bajo la dirección de John Armleder. Arndt utiliza medios como la película de PVC, el papel lacado y el plexiglás, combinando pintura acrílica brillante y marcadores de laca para abordar la cultura materialista y plástica de la era digital. En su obra adopta un enfoque crítico hacia la representación de la comunicación digital y el consumo masivo, reflejando una sociedad obsesionada con la imagen y el entretenimiento instantáneo. Las figuras en sus pinturas, caricaturescas y a menudo infantiles, representan el vacío y la superficialidad de una cultura donde la estética se ha convertido en la única prioridad, mientras que la conexión humana se diluye cada vez más.


Lara Padilla. Tiger Hunt. 2024. Técnica mixta sobre lienzo. 170 x 170 cm.

LARA PADILLA. 3 Punts Galería

Lara Padilla (Madrid, 1988), es una artista multidisciplinar cuyo trabajo abarca la pintura, la escultura, la danza, la performance y el diseño de moda. Con formación en Bellas Artes y Fotografía de Cine, Lara Padilla ha expuesto su trabajo tanto a nivel nacional como internacional en lugares como Art Basel Miami y el Museo de Zapadores de Madrid. Su obra, influenciada por artistas como Basquiat y Keith Haring, explora temas como la igualdad, el consumismo, la inmigración y la libertad de expresión. A través de sus obras figurativas, utiliza la deformación del cuerpo, el color y las texturas para reivindicar el poder de la representación femenina; considera el arte como una forma de intervención política, promoviendo la diversidad y la igualdad mediante una estética que desafía las normas y celebra la autenticidad.


Núria Torres. Santa Teresa sin éxtasis. 2019. Mármol Carrara. 50 x 26 x 20 cm.

NÚRIA TORRES. Inéditad Gallery

Núria Torres (Barcelona, 1976) es una escultora apasionada por transformar lo cotidiano en arte a través del mármol, la porcelana y el bronce. Tras diplomarse en Ingeniería, se dedicó a la escultura en la escuela Llotja de Barcelona, donde encontró su verdadera vocación. Su trabajo escultórico destaca por su dedicación y perfección técnica, especialmente en la manipulación de la piedra, que exige una precisión extrema. La escultora juega con la porcelana y el bronce para aportar versatilidad y robustez a sus piezas, que van desde pequeños detalles hasta grandes esculturas a escala monumental. A lo largo de su carrera, ha colaborado con artistas como Antoni Miralda y ha sido reconocida en diversas bienales internacionales. Su arte es figurativo, pero con una mirada contemporánea que agrega un toque de realismo, siempre buscando nuevas formas de expresión y representación.


Miska Mohmmed. Dusk. 2022. Acrílico y rotuladores sobre lienzo. 90 x 203 cm.

MISKA MOHMMED. OOA Gallery

Miska Mohmmed (Omdurman, Sudán, 1995), es una artista cuya obra trasciende las fronteras de la realidad y la imaginación. Vivir entre diferentes paisajes, desde los áridos del norte de Sudán hasta los vibrantes de Nairobi, Kenia, ha influido en su visión artística. Su formación en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sudán la llevó a desarrollar una técnica única en la que utiliza óleo y acrílico para crear paisajes semi-abstractos, plasmando la naturaleza a través de amplias líneas horizontales que evocan la atmósfera y el espíritu de los terrenos que la inspiran. Su arte refleja la interacción entre la realidad y la imaginación, ofreciendo una visión de un mundo cambiante y dinámico. Al captar la atmósfera de los paisajes, Mohmmed crea imágenes que no solo son visualmente impactantes, sino que también invitan a reflexionar sobre la transformación y el flujo continuo de la naturaleza y la memoria.


Marcela Jardón. Floating Landscape 5162. 2023. Técnica mixta sobre lienzo. 60 x 60 cm.

MARCELA JARDÓN. Uxval Gochez Gallery

Marcela Jardón (Buenos Aires, Argentina, 1964) es una artista multidisciplinaria cuyo trabajo ha trascendido fronteras. Formada en la Escuela Nacional de Bellas Artes de la Universidad Nacional de las Artes en Buenos Aires, su obra ha sido exhibida en diversas ferias y eventos internacionales en América, Europa y Asia, consolidándose como una figura destacada en el arte contemporáneo. Actualmente, radicada en Barcelona, su trabajo se despliega en una variedad de disciplinas, abarcando desde la pintura hasta la escultura, pasando por el arte digital. Las piezas de Jardón han encontrado su lugar en colecciones públicas y privadas a nivel mundial, una clara muestra del impacto de su labor creativa.


Wang Guan - Jhen. Colección de fragmentos.Núm.62. 2023. Técnica mixta sobre lienzo. Dimensiones variables.

WANG GUAN-JHEN. Yiri Arts

Wang Guan-Jhen (Taiwán, 1992) , es una artista cuya obra explora los temas del aislamiento y la soledad con una intensidad emocional única. Tras obtener su Maestría en Bellas Artes en la Universidad Nacional de las Artes de Taipéi en 2018, ha creado piezas que transmiten una sensación de desolación, como si sus personajes flotaran en un espacio vacío, tocados solo por destellos fugaces de calidez, antes de ser nuevamente envueltos por la oscuridad. Sus obras, con expresiones aparentemente indiferentes, desvelan historias profundas de pérdida y desesperación, donde la tensión emocional subyacente se traduce en suspiros llenos de ternura, como una delgada línea entre la racionalidad y la pasión, lo que las hace especialmente cautivadoras. Su obra forma parte de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes de Taiwán, consolidándose como una de las voces más destacadas del arte contemporáneo de su país.


Brigitte Marionneau. Contenir le vent 10 V. (BM032).2023. Cerámica. 32 x 25 x 10 cm.

BRIGITTE MARIONNEAU. Pigment Gallery

Brigitte Marionneau (Francia, 1955), ha forjado una carrera en la escultura contemporánea marcada por una sensibilidad que trasciende lo visible. Sus obras, que exploran la relación entre el cuerpo humano, el espacio y la naturaleza, no se limitan a ser formas estáticas, sino que invitan a una reflexión profunda sobre la existencia y la percepción. Utilizando materiales como piedra, bronce, mármol y acero, la artista crea piezas que, aunque minimalistas en su estética, cargan con una enorme carga emocional. En ellas, el espacio vacío nunca es ausente, sino que dialoga con la solidez de la materia, sugiriendo un equilibrio entre la fragilidad y la firmeza, entre lo visible y lo intangible.

Paula Blanco

CONVERSACIONES CON MARISOL SALANOVA. PROGRAMA DE ENTREVISTAS. ART MADRID’25

Paula Blanco (Oviedo, 1996) investiga las formas de la naturaleza, poniéndolas en relación con la ciencia, el territorio y el medio ambiente a través de la creación artística. El monte, el sol, las hojas y los árboles son inspiración para generar estructuras con arcilla, pigmentos, barnices y fibra de vidrio, que parecen fragmentos de criaturas orgánicas.

Cada pieza no es una obra cerrada exactamente sino parte de un continuo en evolución porque experimenta todo el tiempo. Tiene una sensibilidad que focaliza hábilmente hacia sus creaciones, cuyo eje a nivel procesual parece radicar en el uso de técnicas alternativas a la pintura tradicional. Trata de sublimar la materia, separando la idea del objeto. Su manera de trabajar la abstracción es muy etérea para expresarse a través del paisaje y aquellos lugares que son origen de materias primas.


El único organismo azul. 2024. Técnica mixta sobre fibra de vidrio. 98 x 138 cm.


¿Qué rol juega la experimentación en tu proceso creativo?

La experimentación juega un rol principal. Al principio, no era consciente de su importancia en mi proceso; simplemente sucedía. Seguía un hilo narrativo, y la experimentación era mi forma natural de alcanzar lo que buscaba. De hecho, muy temprano me desvinculé del bastidor porque lo sentía limitante. Necesitaba que los contornos de las piezas formaran parte de la composición, por lo que utilizaba materiales tradicionales como lienzo, papel u óleo de una manera poco convencional. Adaptaba los materiales a lo que requería cada obra, sin seguir las reglas tradicionales.

Todo cobró sentido después de una residencia en Dubái. Al regresar, me sentí desconectada tanto de lo que había producido allí como de mi obra previa. Era como un traje bonito que ya no te queda. Entonces, decidí unir conscientemente los puntos entre las distintas series de obras en las que había trabajado. Me di cuenta de que el hilo conductor era la experimentación.

Lo que busco, y sigo buscando, es lo orgánico. Trabajo con elementos abstractos, intentando explorar el lenguaje de la materia para llevarlo a un plano casi etéreo. Mi objetivo es despegar el lenguaje de la materia para alcanzar algo primigenio y esencial. Comprendí que la experimentación era la base de mi trabajo, el medio para llegar a ese algo orgánico desde diferentes enfoques, siempre a través del lenguaje de la materia y la ligereza. Es, para mí, la vía más directa hacia esa esencia.


Donde se crea el cielo. 2024. Técnica mixta sobre fibra de vidrio. 127 x 166 cm.


¿Cuáles son tus referentes?

Cuando pienso en referentes, los divido en tres bloques:

El primero está formado por los artistas y creadores que consumo diariamente, ya sea en redes sociales, cine u otras formas de ocio. Aunque no tengan relación directa con mi trabajo, acaban filtrándose en mí de alguna manera. El segundo bloque lo forman mis compañeros, mi pareja y las personas con quienes comparto puntos de vista sobre arte. Aunque trabajemos en cosas diferentes, existe una red de apoyo e inspiración mutua. Nos recomendamos materiales, nos damos ideas... Es una influencia más indirecta, pero igualmente importante. Love you amigos.

Y finalmente están los referentes troncales: los artistas que han marcado puntos de inflexión en mi trayectoria. Por ejemplo, cuando comencé a pintar, me fascinaba Sorolla, sobre todo por su uso de la luz. Aunque no es algo evidente en mi obra actual, ese interés por la luz sigue presente como una parte importante de mi lenguaje.

Después vino Francis Bacon, con su forma de abordar lo visceral y lo orgánico en un espacio abierto. Me marcó mucho su capacidad de componer con masas orgánicas centrales. Más adelante descubrí a Berlinde De Bruyckere, cuyas esculturas, hechas con cera, reproducen pieles llenas de transparencias y veladuras increíbles. Ella hizo una investigación importante de materiales para llegar al resultado que quería. Y me inspiró a decir: pues tiene que haber una vía de expresión.

Decía un profesor de mi carrera que eran tan importante los momentos en los que pintas como los momentos en los que no. Y tenía toda la razón. En ese momento, Berlinde de Bruyckere me inspiró a decir: pues igual ahora no debería estar produciendo, sencillamente experimentando, tomándolo con calma, porque hay veces que en el arte quieres todo ya, ya, ya. Y merece más la pena y acaba siendo más productivo parar y no obsesionarte con producir durante una temporada hasta que das con ese algo a lo que sí que quieres llegar, en lugar de estar dándote de palos con el lienzo, en mi caso.


El arco que guarda. 2024. Técnica mixta sobre fibra de vidrio. 149 x 140 cm.


¿Cómo se interrelacionan tu faceta de viñetista y la de pintora?

Honestamente, apenas se cruzan porque son lenguajes muy diferentes. No puedo trabajar en ambas cosas al mismo tiempo, ya que requieren enfoques mentales completamente distintos. Por ejemplo, cuando trabajaba en mi libro Qué vergüenza haber nacido, estaba completamente inmersa en el mundo de las viñetas.

Las viñetas surgieron como una herramienta para organizar mis ideas sobre el mundo, como un diario gráfico. Me ayudaron mucho durante mis años de formación, pero siento que ahora no las necesito tanto. Aún así, han sido fundamentales en mi desarrollo.

He llegado a la conclusión de que no, son dos partes de mí muy distintas y están bien separadas, porque es verdad que parece que no tienen nada en común. Pero sí que creo que lo que subyace tanto a mi pintura como a las viñetas es la búsqueda de lo verdadero, de llegar, de destripar la realidad y llegar a lo verdadero.

En el caso de la pintura hablo mucho de lo orgánico, de lo primigenio, pero con las viñetas se trata de una sinceridad visceral, y creo que sí que hay una relación entre esas dos cosas, aunque sean dos vías muy diferentes, dos partes de mí muy distintas. Creo que estoy en ambas partes y que aunque vayan por caminos muy distintos quieren llegar a un mismo sitio. A día de hoy mi lengua materna, vamos a decir, sería la pintura, es donde puedo alcanzar de manera más pura, pienso, lo que quiero. Porque las viñetas tienen ese punto más narrativo que de nuevo ayudan como a poner las cosas en su sitio, como a ordenar. La pintura yo creo que más bien desordenada, pero creo que por no estar hechas de una manera más explícita, por precisamente ser abstracta, alcanza rincones que las viñetas me da la sensación que no pueden.

A día de hoy, considero que la pintura es mi lenguaje principal. Me permite alcanzar algo más puro y abstracto que las viñetas, que tienen un componente narrativo más explícito. No descarto volver a las viñetas, pero ahora estoy completamente centrada en la pintura.

Por último, Nolde fue un descubrimiento inesperado. Nunca me había interesado especialmente la acuarela ni sus colores, pero sus paisajes expresivos y libres me inspiraron a explorar el color en mi propia obra; me inspiró muchísimo porque yo nunca me había desenvuelto genial en el lenguaje del color, siempre había trabajado con tonos muy pardos, negros, grises. Y de repente lo vi y dije: mm! espérate, que puedo con esto, encontrar mi voz en el color. Nolde me abrió un camino nuevo, aunque todos los referentes anteriores también siguen estando presentes en mi obra, de forma más sutil.


Perro aúlla a la luna. 2024. Técnica mixta sobre fibra de vidrio. 194 x 150cm.


¿Cuál es el aspecto que crees que define tu lenguaje plástico?

Cuando estoy trabajando, me encuentro en una búsqueda constante de equilibrio entre el caos y la intención. Por la técnica que utilizo —como ya he mencionado varias veces— lo que realmente me interesa y persigo es esa fuerza orgánica primigenia. Entonces, un exceso de intención en mi obra, un exceso de intervención humana, siento que podría matar esa fuerza orgánica.

Se trata de encontrar un balance: un caos que controlas, una intención, una especie de caos controlado. Para mí, también es crucial mantener un equilibrio entre la idea previa que tienes de la pieza y lo que ocurre durante el proceso. Aunque no trabajo con bocetos, siempre necesito algún punto de partida: un color, una forma, algo que despierte esa ansiedad de decir: hay algo que tiene que salir. Tienes una idea inicial de la obra que quieres crear, pero es fundamental que, al momento de trabajar, tengas los sentidos abiertos y seas capaz de escuchar lo que la obra te va pidiendo.

Para mí, el equilibrio está entre lo que la obra te pide y lo que tú querías hacer. Porque muchas veces lo que planeas inicialmente nunca va a funcionar al cien por ciento. Por eso, debes estar abierto a que la obra te sugiera formas o colores distintos. Sin embargo, también es importante mantener una idea clara para no dejarte llevar completamente por cada pequeña idea que surge, porque si lo hicieras, nunca terminarías.

Es eso: un equilibrio entre el caos y la intención, entre la idea previa y lo que la obra te pide. También hay un balance entre lo pictórico y lo escultórico. Aunque percibo y creo mi obra desde lo pictórico, es evidente que tiene un carácter instalativo. Las piezas son translúcidas, pueden verse desde ambos lados, colgarse en mitad de una sala, y el aire que las rodea es importante. Es necesario que la obra tenga suficiente espacio alrededor para que se pueda entender su cuerpo.

Al final, lo que me interesa es poder observar la pintura otorgándole una entidad, casi como si tuviera un cuerpo. La pintura como ser. Además, los contornos desiguales de las piezas refuerzan este concepto. En definitiva, buscar un equilibrio entre la pintura en sí misma y la pintura como objeto.


Las intenciones de una flor. 2024. Técnica mixta sobre fibra de vidrio. 173 x 117 cm.


¿Qué influencia tienen las transparencias y la luz en el acabado de las obras?

La luz es una variable muy importante a la hora de disponer las piezas, precisamente por sus transparencias y por ser translúcidas. Principalmente, las cuelgo de dos maneras diferentes: pueden estar colgadas a la pared o desde el techo. En ambos casos, las piezas están suspendidas con imanes, de modo que no se perforan. Para mí, eso es importante.

Al colgar la pieza en la pared, utilizamos unos artilugios que permiten ajustarla a mayor o menor distancia de una pared blanca. Esto es significativo, porque, de nuevo, ahí entra en juego la luz. ¿Por qué? Porque cuanto más cerca esté la pieza de la pared, más saturados se ven los colores y más peso adquiere la cualidad pictórica de la obra. Se resalta su carácter pictórico y se centra la atención en esa cualidad. En cambio, cuanto más separas la pieza de la pared, más se aprecia su cualidad objetual. Te fijas más en los contornos de la obra, en el uso del lenguaje y de la materia, que al ser translúcida permite que la luz penetre ligeramente por detrás.

Así, se ponen de relieve las texturas y se enfatiza la cualidad objetual de la pieza, que adquiere cuerpo. Incluso siendo muy fina, la forma en que interactúa con la luz, el aire y el espacio le otorga una entidad propia. Le da presencia y relevancia al propio soporte, que, paradójicamente, parece un "soporte no soporte".

En cuanto a la luz, lo ideal es que sea natural, ya que para mí es fundamental que la obra se integre con el espacio. Como hablo de captar lo orgánico y primigenio, considero que las piezas son como pequeños trozos de mundo, y por eso es esencial que se relacionan tanto con el aire como con la luz. Por ejemplo, las piezas tienen solo dos puntos de anclaje altos, lo que permite que se muevan ligeramente si pasa alguna corriente.

La otra manera de disponer las piezas es colgándolas desde el techo. En este caso, lo más importante es que, al estar suspendidas en mitad de una sala, los colores se desaturan ligeramente y la cualidad objetual de la obra cobra todo el protagonismo. Aunque sigue siendo pintura, aquí la pintura se presenta como un "ser" con entidad propia. Se pueden observar completamente las costuras, las capas y, al utilizar collage, las finísimas capas de pintura que se superponen. La obra puede apreciarse desde todos los ángulos: por delante, por detrás, casi como si estuvieras viendo la pintura en sí misma. Esto me resulta muy interesante.

Respecto a la luz, lo ideal es evitar exponer las obras a una luz solar demasiado directa, como sucede con cualquier obra de arte. Están hechas con pigmentos de bellas artes, similares a los que se utilizan en el óleo.





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