La Ilusión del lejano Oeste en el Museo Thyssen de Madrid
11 nov. 2015
exposiciones
Era la tierra más salvaje, preciosa y mágica de aquel lado del Mississippi. Toro Sentado, Billy El Niño, llanuras polvorientas con manadas de búfalos, caballos salvajes escrutando un horizonte de cataratas y espesura paradisiaca… La exposición “La Ilusión del Lejano Oeste” tiene tanto de mito y entusiasmo romántico, como de tópico y excusa colonizadora pero consigue pulsar la tecla adecuada para dejarnos, una vez más, con la boca abierta ante los paisajes de la tierra prometida, ante la dignidad de los indios salvajes, su comunión con la naturaleza más exuberante, su conexión con Dioses todo poderosos… y cómo aquellos descubrimientos de los pintores y artistas del S.XIX acabaron pasando por el filtro del mercado y el cine para hacer de aquellos “buenos salvajes” una parodia de la desdicha, en el relato de una desaparición anunciada.
La exposición, comisariada por el artista Miguel Ángel Blanco, reúne más de 200 piezas entre pinturas, fotografías, grabados, libros, tebeos, carteles de cine, piezas etnográficas… y recuerda así a un gabinete de curiosidades que mezcla piezas artísticas con objetos y “tesoros” de aquella naturaleza (piedras preciosas, armas, fósiles, caparazones de tortuga,...). Como ha explicado Guillermo Solana, director del museo, “en un momento en el que puede que los museos sean demasiado planos y previsibles, nos hemos querido remontar a ese momento en el que no había división entre Arte y Naturaleza y a partir de un tema en el que fantasía y realidad van de la mano. Se narra un momento en el que los territorios de los indios habían sido ya ocupados y la mayor parte de sus habitantes, exterminados junto a sus tradiciones culturales”.
Los primeros exploradores españoles, el primer contacto con las tribus nativas allá por el S.XVI, los paisajes y fotografías de artistas del XIX como Thomas Hill, Henry Lewis, Albert Bierstadt, Carleton E. Watkins, que marcaron un episodio apasionante en la historia del arte ya que fueron los ojos que registraron el exotismo y la grandiosidad de las nuevas tierras conquistadas y sus habitantes. Otra parte de la exposición es la dedicada a los jefes indios, con sus tocados, las pinturas corporales o los objetos de poder que portaba cada uno de ellos. Por primera vez en España se muestran los famosos retratos realizados por Karl Bodmer y George Catlin, ante los que los propios indios - Toro Sentado, Gerónimo o Joseph - se ofrecían para registrar su imagen y su poder. Edward S. Curtis fue el autor de la serie fotográfica y editorial El indio norteamericano, un controvertido y valiosísimo conjunto artístico y etnográfico, hoy en gran parte perdido, del que se han seleccionado varias imágenes. Curtis retrataba a los jefes indios cuando iban a la capital para intentar rescatar los derechos de sus pueblos.
Por último, el comisario de la exposición, presenta un conjunto de libros-caja de su Biblioteca del Bosque realizados con materiales procedentes de los territorios del Oeste americano. Hasta el 7 de febrero en el Museo Thyssen de Madrid podremos dar un paseo por la historia política, militar y estratégica de EE.UU, y hacer un recorrido por la construcción de su propia leyenda como nación. Leyenda que el resto del mundo hemos bebido en formato cinemascope: carteles de La diligencia, Comanche, La venganza de un hombre llamado Caballo…
Entre las actividades paralelas a la exposición se encuentra la visita "La muerte tenía un precio", este próximo sábado 14 de noviembre, a la Dehesa de Navalvillar de Colmenar Viejo, lugar de rodaje de westerns tan importantes como "El bueno, el feo y el malo" con Clint Eastwood, "La última aventura del General Custer" con Robert Shaw, "Tres forajidos y un pistolero" con Lee Marvin o "Django" con Franco Nero. Esta actividad está dirigida a estudiantes y licenciados en Bellas Artes, Historia del Arte, Museología, Filosofía, Ciencias de la Comunicación, prácticas interdisciplinares y artistas en activo.