Eric Inkala, afincado en Brooklyn, es un artista autodidacta cuyo estilo, muy visual y en constante evolución, ha pasado del grafiti al arte pop y al arte contemporáneo. Su obra presenta un lenguaje gráfico lúdico en forma de un personaje característico que sirve de vehículo para una narración autobiográfica. A través de esta historia personal, Inkala es capaz de canalizar pensamientos y emociones en expresiones de forma, color y texto. Su concepto universalmente accesible se amplía a través de patrones y simetrías cada vez más complejos, que a lo largo de los años han reflejado tanto las escapadas abstractas de su personaje característico como el propio viaje artístico de Inkala. Trabajando principalmente en acrílico, sus pinturas varían en tamaño desde lienzos a gran escala hasta esculturas, grabados y pequeñas obras sobre papel.