Art Madrid'25 – NOS ACERCAMOS A CONOCER EL ARTE FRACTAL

Hablar de fractales nos remite comúnmente a patrones geométricos relacionados con la proporción áurea que la naturaleza nos ofrece en su inmensa variedad. Descubrir algo que ya estaba ahí y ponerle nombre es, aunque resulte sorprendente, algo muy reciente. Así, el concepto fractal no es nuevo para las matemáticas, que ya lo estudió en detalle a principios del siglo pasado dentro de la teoría de las medidas; sin embargo, el término específico no se acuñó hasta 1975 por el matemático Benoît Mandelbrot, quien distinguió varios tipos de fractales en función de su mayor o menor exactitud en la copia y la posibilidad o no de reproducción infinita.

Pero ¿qué entendemos por fractal? La palabra comenzó a utilizarse para designar los patrones de formas que no encajaban en las descripciones geométricas tradicionales a pesar de guardar una estructura ordenada. Un análisis de proximidad revelaba que estos patrones se componían de pequeños elementos iguales entre sí, componiendo dibujos que se repetían a mayor escala guardado la misma distribución. La naturaleza está repleta de ejemplos de este tipo, como los copos de nieve o las semillas de los girasoles.

Diseño 3D aplicando fractales

El estudio de este concepto tuvo una aplicación práctica inmediata en el campo del diseño gráfico. El uso de estructuras fractales en las nubes, las montañas o el mar dotaba a los gráficos de un mayor realismo que mejoraba notablemente el resultado final. Igualmente, la música está repleta de fractales y muchas obras clásicas de Beethoven, Bach y Mozart trabajan con este concepto en sus composiciones. Con la presencia constante de estos patrones en nuestro entorno, aunque desapercibida durante largo tiempo, muy pronto este interés hizo acto de presencia en el arte. La transposición plástica de esta idea abría un mundo de posibilidades expresivas aún por explorar, y más en las obras de carácter abstracto, donde el juego de geometrías parecía empezar a agotarse.

M. C. Escher, “Smaller & Smaller”, 1956

Entre los primeros artistas que trabajaron con este concepto debemos mencionar a Escher. El conjunto de su producción es difícil de clasificar, aunque puede señalarse una clara inclinación por el dibujo y el grabado, con los que daba cabida a sus inquietudes intelectuales y planteamientos sobre términos opuestos, como lo infinito frente a lo limitado, el blanco y negro, los equívocos, las simetrías de doble lectura... Si bien las obras más conocidas de este autor son las que plantean juegos ópticos y paradojas visuales, también indagó sobre los fractales con obras que sintetizan a la perfección este concepto, aun cuando todavía no había sido acuñado.

Jackson Pollock, “Number one”, 1950

También se ha dicho de la pintura de Jackson Pollock que contiene infinidad de estructuras fractales. La fascinación que siempre ha despertado este artista, con una vida tan breve y una producción tan prolija, llevó a los científicos australianos Richard P. Taylor, Adam P. Micolich y David Jonas a acometer un estudio pormenorizado de su obra en 1999. El trabajo de este representante del expresionismo abstracto se basaba en la técnica “drip and splash”, trazando líneas y manchas por goteo y proyección sobre el lienzo. La conclusión es que la proporción fractal de su pintura aumenta con los años y se perfecciona, y así, se mantiene la misma sensación caótica de patrón disperso si observamos un detalle de una de sus obras o la pieza en su totalidad.

Kerry Mitchell, “Jungle”, 1998

Más allá de estos ejemplos de arte más tradicional, muchos creadores contemporáneos abordan sus trabajos a partir de composiciones hechas por ordenador donde la presencia de algoritmos fractales combinados con los cambios de color originan imágenes impactantes. Por este motivo, el arte fractal aparece íntimamente conectado con el arte computacional, una nueva corriente en la que despuntan creadores que habitualmente tienen un bagaje previo en el mundo de las ciencias o de la informática. Podemos citar como ejemplos a Scott Draves, William Latham, Greg Sams o Kerry Mitchell.

 

LEXUS RZ POR MARTA DE LA FUENTE EN ART MADRID'25: ¡BUEN PROVECHO!

Lexus participa por segunda ocasión en Art Madrid, sumándose a la celebración de los veinte años de arte contemporáneo de la feria del 5 al 9 de marzo en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles. Este año, la marca da un paso más en su compromiso con el arte y la creatividad, presentando una instalación artística que desdibuja los límites entre el diseño, la tecnología y la expresión visual. En colaboración con la reconocida artista Marta de la Fuente, Lexus transforma su modelo RZ en una obra de arte en movimiento, fusionando dos universos que comparten filosofía, sensibilidad y pasión: la gastronomía y la cultura de España y Japón.


Intervención de Marta de la Fuente. Lexus RZ. Art Madrid'25. Imagen cortesía de Lexus.


La pieza titulada Itadakimasu ("¡Buen provecho!" en japonés) es un homenaje a la experiencia de viajar a través de los sentidos. Marta de la Fuente plasma en el Lexus RZ un collage visual que evoca momentos culinarios emblemáticos de ambos países, conectando paisajes, sabores y emociones. La comida es, después de todo, un lenguaje universal, un puente entre ambas culturas.

El concepto de la instalación nos transporta a esos instantes de placer que surgen al descubrir un nuevo plato, una mesa compartida o un paisaje que se despliega ante nuestros ojos mientras avanzamos por la carretera. Las imágenes proyectadas sobre el vehículo y las paredes del stand recrean este diario de viaje visual. Podemos ver estampas de un campo verde con casas tradicionales de Shirakawa, un plato de ramen inolvidable, unos nigiris de salmón, un cocinero entregado a su arte, unas gambas en una taberna castiza de Madrid, unas gildas compartidas con amigos, una copa de vino, una sonrisa cómplice. Cada imagen, cada destello de luz sobre la superficie del Lexus RZ, es un fragmento de memoria, una invitación a redescubrir el placer del viaje y la gastronomía como experiencias transformadoras.


Shokunin. 160 x 110 cm. Óleo sobre lienzo. 2025. Imagen cortesía de Lexus.


Pero Itadakimasu no solo es un homenaje a la cocina y el viaje, sino también una exploración del movimiento como expresión artística. El propio Lexus RZ se convierte en símbolo de trayecto y descubrimiento, integrando la sensación de velocidad, los paisajes en constante cambio y las personas que encontramos en el camino. A través del uso de proyecciones en movimiento, la instalación juega con la percepción y la distorsión, generando un efecto visual dinámico que refuerza la idea del viaje como una sucesión de instantes fugaces. Esta técnica, conocida como anamorfosis, permite que cada espectador experimente la obra desde una perspectiva única, recordándonos que los recuerdos no son lineales, sino fragmentos que se superponen y reconstruyen en nuestra memoria.


La participación de Lexus en Art Madrid es parte de la II Edición del Lexus Art Month, una iniciativa que refuerza su vínculo con la escena artística contemporánea.Desde su fundación en 1989, Lexus ha sido sinónimo de lujo, tecnología e innovación, pero también de una visión que trasciende el sector automotriz para abrazar la creatividad en todas sus formas.


Con Itadakimasu de Marta de la Fuente, Lexus invita al espectador a participar de una experiencia sensorial donde el viaje y la gastronomía se convierten en arte. Una celebración de la tradición, el movimiento y la memoria, del placer de saborear y descubrir el mundo con cada kilómetro recorrido.



Patrocinador de ART MADRID'25