Art Madrid'25 – Mondrian, talento del Neoplasticismo

 

 

 

Piet Mondrian, Oostzijdse Mill de noche (1908)

 

 

 

Este año se celebra el centenario de De Stijl, o neoplasticismo, corriente artística de vanguardia de la que Piet Mondrian (1872-1944) fue máximo representante y cuya estética se basaba en las formas geométricas y los colores primarios. Reivindicaba la atracción de la pintura hacia la arquitectura, y viceversa. El diseño gráfico se convierte en otra herramienta de experimentación plástica, al igual que el diseño de muebles y el diseño industrial, que acercan la experiencia estética a los usos cotidianos.

 

 

 

Piet Mondrian. Composición Nº IV (1914)

 

 

 

La retrospectiva de Piet Mondrian se estructura a través de las ciudades donde el artista dio rienda suelta a su genio: Amsterdam, París, Londres y Nueva York. Después de graduarse en la Academia de Bellas Artes de Amsterdam, mostró su gran talento para el dibujo. Fue entonces cuando desarrolló la pintura de paisaje, liberándola de la tradición y experimentando con distintas paletas de color. En París, se acercó al cubismo, lo que le hizo dirigir su atención hacia una mayor abstracción de planos verticales y horizontales de colores vivos. Mondrian vivió en Londres y, posteriormente, para alejarse de la amenaza del nacismo, en Nueva York, lugares donde su obra se vio influenciada por el dinamismo de la ciudad moderna.

 

 

 

Piet Mondrian. Composición con plano rojo, amarillo, negro, gris y azul (1921)

 

 

 

El visitante tendrá la oportunidad de ver, entre muchas otras, la última creación de Mondrian “Victory Boogie-Woogie”, obra que no pudo concluir. La muestra se celebra dentro de un programa que conmemora los cien años de De Stijl, en el que el Gemeentemuseum de La Haya presenta, de manera paralela, otras dos exposiciones en honor a los espíritus revolucionarios del movimiento. Todas podrán visitarse hasta el final del verano.

 

 

 


Piet Mondrian, Victory Boogie-Woogie (1942-1944)

 

 

Diego Vallejo García

CONVERSACIONES CON MARISOL SALANOVA. PROGRAMA DE ENTREVISTAS. ART MADRID’25

Diego Vallejo García (Ávila, 1991) tiene una obra de corte clásico en el tratamiento o en la composición, pero con una temática actual. Estudió Historia del Arte antes que Restauración y Conservación, lo cual otorga un grado de conocimiento en sus proyectos que atraviesa lo teórico hacia lo práctico. Su trabajo es representativo de la tendencia a la pintura fragmentada y la superposición de realidades, desde la abstracción de campos de color al fotomontaje pintado de impactante realismo. Esa exploración fotográfica, es llevada al terreno de la distorsión pictórica.

El artista realiza un retrato generacional sin llegar a individualizar a nadie, buscando plasmar la personalidad colectiva de su generación, de las costumbres. Pinta todo con óleo, veladuras y materiales que emplea pensando mucho en la conservación de las piezas y su perdurabilidad.


Sinergias. 2024. Óleo sobre tela. 114 x 195 cm.


¿Qué rol juega la experimentación en tu proceso creativo?

Pienso que la experimentación en la concepción de mi obra es fundamental, ya que comienza incluso antes de tratar la propia materia de la pintura. Inicia en la configuración de la imagen, trabajándola a través de medios digitales como Photoshop o Procreate. Sin embargo, esa imagen será solo una guía al momento de pintar; a medida que avanza la obra y surgen accidentes con la materia, la imagen se va desligando del cuadro, y es el cuadro el que finalmente toma el control. Por eso, en mi pintura ocurren accidentes en los que se eliminan o aparecen elementos que en un principio no estaban planeados.


¿Cuáles son tus referentes?

Bueno, referentes tengo muchos. Si empezamos por los clásicos, el primero que mencionaría es Velázquez, así como toda la pintura del siglo XIX. En cuanto a los más actuales, podrían ser Rubén Guerrero, Ignacio Estudillo, Phil Hale, Sean Scully. Son pintores que, al final, tratan la materia más que la imagen. Creo que ese es el proceso natural de cualquier pintor figurativo: en un principio, intentar plasmar la realidad de manera más o menos fiel, y con el tiempo te das cuenta de que lo que debe primar sobre la imagen es la pintura en sí misma.


Fr Ltsch. 2024 Óleo sobre tela 195 x 195 cm.


¿Por qué tus obras inciden tanto en la nocturnidad?

No incide mi obra tanto en la nocturnidad, sino más bien en la luz. Lo que me permite la nocturnidad es trabajar la luz artificial, y lo que me da la posibilidad de tratar la luz en sus diferentes temperaturas y potencias para crear diferentes sensaciones o diferentes realidades.


¿Te sientes más cómodo retratando personajes individualmente o multitudes?

El retratar individuos o multitudes persigue el mismo objetivo: buscar un retrato de mi generación y de la sociedad a través de las costumbres y las acciones. ¿Cómo consigo este retrato sin que sea individual, sino colectivo? Eliminando el rostro de los personajes.


Nada es lo que parece. 2024. Óleo sobre tela. 146 x 195 cm.


¿Cuál es la importancia del movimiento, de la acción, en tus obras?

El movimiento y la acción están relacionados con la pregunta anterior, porque el movimiento de esos individuos, multitudes o personajes en la obra los identifica con un movimiento social y una identidad colectiva. También el movimiento que se percibe realmente en la obra, de desdibuje, viene a razón de tratar de crear un concepto de personaje más que un personaje en sí mismo.





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