Art Madrid'25 – NH Galería en Art Madrid\'15

La telaraña mágica. Álvaro Barrios.

 

NH Galería acaba de cumplir en enero cuatro años de vida. Esta galería joven, establecida en Cartagena de Indias, Colombia, ha procurado desde el principio promocionar a artistas de todos los orígenes, no sólo a los colombianos, mostrando un amplio espectro del arte contemporáneo actual con obras de todas las disciplinas artísticas. NH cuenta además con otra sede en Nueva York. Los espacios se sitúan en lugares privilegiados de ambas ciudades y las dos ubicaciones resultan propicias para el diseño de una estrategia de intercambio cultural en el eje norte-sur del continente americano.

La galería siempre ha procurado hacer una promoción efectiva de sus artistas mediante colaboraciones con otras instituciones culturales y del mundo del arte, que se han convertido en exposiciones monográficas organizadas en espacios como el Museo de Arte de Las Américas, Centro de Formación de la Cooperación Española en Cartagena o el Museo de Arte Moderno de Barranquilla.

 

Prey. Natalia Arias.

 

La directora de la galería, Sara Angel, trae a Art Madrid’15 una propuesta en la que destaca el arte hecho por mujeres con obra de Niki de Saint Phalle , Alvaro Barrios , Julie Hedrick , Valerie Hird , Ruby Rumie , Natalia Arias y Francisca Sutil.

Les trois graces. Niki de Saint Phalle.

 

Niki de Saint Phalle (1930−2000) es una de las creadoras más influyentes de la segunda mitad del siglo XX.

Esta artista francoamericana recibió una educación acorde con los códigos sociales de la clase alta neoyorquina. Sin embargo, su peculiar visión del mundo, su rebeldía y su creatividad se unieron para que no siguiera el guión que estaba ya escrito para ella. Niki de Saint Phalle es una artista autodidacta a la que se ha definido como feminista, radical y política.

En París se vincula a los Nuevos Realistas en la década de 1960, cuando realiza su serie de Pinturas tiroteo, y desde ese momento utiliza los medios de comunicación, al igual que Andy Warhol, para consolidar su imagen pública. Su trayectoria incluye numerosos proyectos de arte público, entre los que están El Jardín del Tarot, en la Toscana, o La fuente Stravinsky, en París. También realiza cine experimental y escenografías para ballet pero, sobre todo, llega al gran público con el desarrollo de sus Nanas, enormes esculturas que revolucionan la representación de la mujer en el arte. El museo Guggenheim le dedica una exposición del 27 de febrero al 11 de junio en su sede de Bilbao.

Vasija coronada. Ruby Rumié.

 

Nacida en Cartagena de Indias (1958), Ruby Rumié ( http://www.art-madrid.com/artista-participante-am15/ruby-rumie )  estudió en la Escuela de Bellas Artes de Cartagena de Indias. Desde su primera exposición (1985) en Cartagena, en la que estuvo claramente influenciada por el hiperrealismo, Ruby se preocupó por plasmar el rostro de los personajes propios del paisaje cartagenero, siendo entonces los cocheros, músicos, barberos, niños, mujeres, viejos y negros nobles, los protagonistas de retratos elaborados minuciosamente. Los ensamblajes con muñecas y accesorios de tipo geométrico, ha sido otra de las etapas por las que ha ido conduciéndose la vida artística de esta mujer a la que también le interesó el empleo de la técnica del acrílico, como característica sobresaliente en algunas de sus creaciones.

Se puede hablar entonces de una evolución en la que Ruby ha tomado como punto de partida lo clásico para llegar a presentaciones alternativas en las que logra involucrar, la pintura, la fotografía y demás técnicas que dan cuenta su cambio de perspectiva. Ha realizado importantes exposiciones en Colombia: Bogotá, Barranquilla, Cartagena; Santiago de Chile; Miami; Nueva York; Washington; Rouen; París. Rumié participó recientemente en la sección internacional de la Primera Bienal de Arte Contemporáneo de Cartagena de Indias. Actualmente vive y trabaja entre Cartagena en Colombia y Santiago de Chile.

 

Lil Blanc

CONVERSACIONES CON MARISOL SALANOVA. PROGRAMA DE ENTREVISTAS. ART MADRID’25

Lil Blanc (Madrid, 1993) empezó experimentando con texturas, evolucionó hacia los degradados y la investigación del paso de un color a otro. Así llegó a una abstracción con la que expresa sentimientos intensos. Comenzó su trayectoria fijándose en los acabados en alto brillo pero el formato de sus cuadros cada vez adquiere más peso y se convierten, cada uno de ellos, en una pieza escultórica prácticamente.

Las gradaciones suaves de color en sus lienzos recuerdan a cielos al atardecer, y su intención de capturar ese momento efímero surge de su propia experiencia al contemplar un atardecer de verano. La obra no solo se contempla, sino que se experimenta, invitando a una reflexión sobre el tiempo, la fugacidad y el espacio. Muy perfeccionista, piensa que menos es más, legado de su carrera como arquitecta. Sin artificios es una artista que logra contar una historia que no es evidente a primera vista pero que le otorga capas y capas de significado a cada pieza.


Touch the sky. Técnica mixta sobre lienzo y acabado en alto brillo epoxy. 2024. 100 x 100 cm.


¿Qué rol juega la experimentación en tu proceso creativo?

La experimentación para mí es algo innato y natural. El hecho de estar en constante producción hace que estés generando movimiento y flujo de ideas. Comencé con un tipo de obra más orgánica, cuyo protagonista eran las texturas, para ir dando paso a un degradado y con él el alto brillo. Y todo ello tiene su correspondiente búsqueda de perfeccionar la técnica. Ninguna obra es igual a la anterior, de hecho, siempre hay una búsqueda constante por hacer algo nuevo y diferente.


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¿Cuáles son tus referentes?

Encuentro una ventaja en haber hecho Arquitectura y no Bellas Artes, precisamente porque mis referentes son muy distintos a los del artista universitario, y ello por supuesto afecta a mi manera de crear. El "menos es más" de Mies van der Rohe, el color del Serpentine Pavilion de SelgasCano, el grupo Archigram y sus creaciones tan marcianas, son referentes que siempre me han gustado mucho y, por tanto, me han acompañado. Luego, por otro lado, las redes sociales me acercan mucho a artistas actuales. Por ejemplo, admiro la obra de Nick Thomm y sus piezas XXL en alto brillo, los degradados que hace “onekean_” o C. J. Hendry y el dominio del lápiz de color.


Kill Bill. Técnica mixta sobre lienzo y acabado en alto brillo epoxy. 2024. 100 x 100 cm.


¿Cuál es el diálogo interno más recurrente en tu dinámica creativa?

Para empezar, apenas escucho música mientras trabajo. Trabajo en silencio porque me permite pensar. El diálogo más frecuente tiene que ver con la propia obra que estoy creando. Pienso de qué manera voy a contar lo que estoy pintando, cuál es el puente con palabras para acercar al espectador. Pienso también en posibles preguntas y elaboro las respuestas. De hecho, me invento diálogos que hablan de la pieza. Y bueno, eso también influye en el proceso, porque si creo que puede haber algo contradictorio a lo que quiero contar, lo cambio en la propia obra.


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¿Cómo te gustaría que valoren tu obra?

Por un lado, a nivel artístico, me gustaría que las obras hagan felices a las personas, que calienten las estancias, que llenen un espacio de color, que se note su ausencia si no están; que el brillo refleje lo que ocurre en una habitación y los gradientes con la luz natural transmitan armonía y equilibrio. Y luego, por otro lado, el empeño es buscar la máxima calidad, la perfección. Trabajo desde el primer al último paso, cuidando el proceso de creación de la obra al milímetro. Soy muy perfeccionista y mi deber es conseguir que el espectador, simplemente contemplando la obra, sea capaz de percibir esto y la pieza hable por sí sola.


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¿Qué dificultades técnicas tiene tu trabajo ahora mismo?

La segunda parte del proceso es la que tiene mayores dificultades. Al final, el acabado en alto brillo para que quede perfecto conlleva mucha minuciosidad, cuidar todos los detalles de la cadena del proceso, respetar los tiempos, y pasa de ser un trabajo artístico al punto de convertirse en un trabajo químico. Por otro lado, el formato de pieza que yo manejo, que es de hasta tres metros, lo dificulta aún más. Pero aún así, al ver el resultado final, todo merece la pena.





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