ENTREVISTA A QUINTANA MARTELO. “PAINTER AND MODEL” EN ART MADRID CON LA GALERÍA LUISA PITA
18 feb. 2020
art madrid
”El proceso, precisamente ese camino, es quizás lo que más me interesa en mi diálogo con la pintura.”
Quintana Martelo (Roxos, Santiago de Compostela, 1946), participa por primera vez en Art Madrid representado por la galería, también de Santiago, Luisa Pita. La galería gallega presenta una propuesta monográfica que engloba una serie de obras escultóricas y pictóricas del proyecto “Painter and model, P&M”, en el cual, según nos cuenta el artista, el proceso creativo es la clave en su diálogo con la pintura.
Manuel Quintana Martelo cuenta entre sus múltiples conmemoraciones, con el Premio de Cultura de Galicia en Artes Plásticas, patrocinado por la Xunta de Galicia, y es además el Presidente de la Real Academia Galega de Belas Artes.
La galería Luisa Pita participa esta vez en Art Madrid con una propuesta monográfica, ¿qué piezas de Quintana Martelo encontraremos en la Feria?
Efectivamente, es una propuesta monográfica en la que recurro a una idea que ya ha sido, valga la redundancia, recurrente a lo largo de la Historia del Arte y que otros artistas ya han tocado. Una de las más conocidas es la serie “El pintor y la modelo” de Picasso, o las representaciones en las que Lucian Freud se ha pintado con su modelo, o hemos visto incluso a Rembrandt, a Goya, a distintos artistas que han recurrido a esta especie de piedra angular del “pintor y modelo”. Por ello, baso la idea de todo el proyecto en una gran pieza central que es al mismo tiempo la pieza definitiva, la que abre y cierra este circuito y en la que integro todos los elementos que giran alrededor del estudio de un artista. Podemos encontrar tanto el modelo humano, como otros elementos constantes en mi obra, como las herramientas de trabajo que conviven conmigo en el estudio.
Actualmente eres uno de los creadores gallegos más reconocidos, ¿puedes contarnos alguna anécdota curiosa de tu recorrido como artista?
Creo que todos los artistas hemos vivido en algún momento cosas que han sido sorprendentes. A mí me ha pasado, por ejemplo, el hecho de tener que desmontar una pieza en plena calle porque no entraba ni por el portal ni por ningún lugar a la casa de un cliente que la había adquirido en ARCO en los años 80, o tener que subir otras con cuerdas por una fachada. Y luego tengo anécdotas curiosas, porque a veces, cuando haces paisaje en la calle, tomas elementos del entorno y siempre surgen situaciones con el público. Una curiosa que me pasó en Madrid hace no muchos años, tal vez 4 o 5, cuando estaba trabajando en la serie de “Containers” de los que están situados en las calles, vi uno que me llamó la atención, cogí mi cámara y me fui hacia el centro de la calle para poder capturarlo en el ángulo que a mí me interesaba, captarle la luz y demás, y de repente salió un obrero con una carretilla y me dice: “oiga, oiga, ¿qué está haciendo usted?”, y le digo: “una foto”, “¿pero es usted del Ayuntamiento?, a lo que contesto: “no, no, solo quiero hacer una foto para pintarlo”, entonces me contesta: “ah pues mire, la verdad es que sí, que le hace mucha falta una mano de pintura”.
En otra ocasión, en una exposición que hice en Caracas, el penúltimo día viene un señor a hablar conmigo y me dice que le interesa mi exposición y todos los cuadros que no había vendido. Esto me cogió muy de sorpresa y le dije: “bueno, pues hablamos y a ver qué ofrece usted”, entonces el señor me dice: “a ver, yo quiero estas obras porque cuando veo algo que me gusta lo compro, me lo llevo, en casa lo pinto un poco por encima, borro la firma y lo firmo como mío”. Y yo entonces apunto: “¿sabe qué le digo?, que se puede ir a su casa a pintar, porque desde luego estos cuadros no los va a tocar”.
En tus obras suele haber un enfrentamiento entre el objeto y el plano, entre la abstracción y la figuración, ¿qué quieres conseguir con esta dicotomía?
Yo busco de alguna manera, dentro de esa dicotomía abstracción-figuración o representación-no representación, siempre manteniendo el plano como elemento primordial y lo que se entiende como bidimensionalidad de alto y ancho, la integración de la obra dentro de un contexto determinado; y cuando trabajo en este plano trato de crear una fusión entre lo que es figuración y no figuración, pensando siempre en que se produzca una integración. Esto es algo que ya me persigue, aunque quizás en los últimos 20 años mi trabajo se acentuó de manera más clara. Pero desde mis inicios en Cataluña había una parte de mí que era muy creativa con el objeto, con el modelo, con la situación, con el contexto un poco academicista de la pintura, y había otra parte que era lo que yo empecé a aprender y a vivir en Cataluña que era la contemporaneidad de la abstracción, descubrir artistas abstractos que no conocía, ver en exposiciones en museos esas abstracciones que antes sólo veía en los libros, y me empezó a interesar mucho ese lenguaje, sobre todo cuando descubrí a los expresionistas abstractos americanos, que fueron de los que se quedaron en mi retina con más intensidad. A partir de ahí, y en los últimos 20 años, he mantenido este lenguaje.
En tu trabajo tocas prácticamente todas las disciplinas artísticas (dibujo, acuarela, pintura, escultura, collage) y es increíble cómo dominas la técnica escultórica, ¿puedes contarnos cuál es el proceso que sigues hasta llegar a la pieza final?
Como tú misma comentas, es el proceso, precisamente ese camino, lo que más me interesa en mi diálogo con la pintura. Es algo que siempre me preocupaba y me interesaba, y en los últimos años he magnificado esta idea de enseñar el proceso, y es también lo que manifiesto en este proyecto para Art Madrid. Todos los pequeños recorridos y vericuetos que hay en el momento de la realización de una obra o de llevar a cabo una pieza, aparecen. Todo ese proceso me interesa muchísimo. El encuentro, el viaje a través de la pintura, es algo que me apasiona mucho, siempre traducido al puro ejercicio de pintar, que es algo de lo que no puedo desprenderme, a pesar de que en algún momento en mi vida llegué a abandonar la pintura, pero fue algo muy puntual porque enseguida me di cuenta de que no podía hacerlo. La escultura aparece en un momento determinado cuando me doy cuenta de que con el volumen y con las tres dimensiones en la realidad, y no en el plano, puedo girar alrededor del modelo. Esto me permite hacer infinidad de dibujos, que es lo que de alguna manera me acerca a lo tridimensional, cosa que en el plano y en la pintura no me preocupaba mucho pero ahí sí que me atrae. Poder girar el modelo, poder verlo en todos los ángulos y dibujarlo mil veces alrededor.
¿Cómo surge el proyecto “Painter and Model, P&M” que presentas en la Feria? ¿Cómo crees que seguirá evolucionando éste proyecto?
No es la primera vez que recurro a proyectos monográficos. A final de los 70 realicé una serie que titulé “Crónicas desde Rembrandt”, que partía del cuadro “La mujer en la ventana” de este autor. Esto, unido a momentos políticos de la época que me llamaban la atención, como las revueltas en Nicaragua o la situación política en España, me interesaba y se integraba en mi pintura.
En otra ocasión dediqué retratos a mis amigos, coleccionistas y artistas. Los pinté sin que ellos posaran, a través de una fotografía o de una imagen que retenía. En la serie “Containers”, que es muy significativa y espero mostrarla completa dentro de un año, trabajé sobre los contenedores de las calles como si fueran un valor antropológico de la arquitectura urbana contemporánea, elementos que en ese momento forman parte de la arquitectura, como grandes bodegones con desechos, pero a mí me atrae su luz, su impacto, su imagen, y con esto estuve unos 6 años trabajando.
En este momento he empezado con la serie “Painter and Model” porque no quiero cerrarla en el “Pintor y la modelo”, porque es un poco lo más típico. Quiero abrir con ello el estudio a un modelo que no sea material, sino un modelo humano que tiene vida, que se mueve y en ese sentido, este es un poco el inicio de ese trabajo y el final no puedo predecirlo, siempre es insospechado. Es precisamente ese punto de incertidumbre o desconocimiento lo que me atrae.
¿Qué esperas de una feria como Art Madrid?
Conozco la feria Art Madrid prácticamente desde que empezó, y es una feria pequeña que nace un poco a rebufo de ARCO, que es por así decirlo la gran Feria; pero es una feria que por otro lado no tiene los corsés directivos, sobre todo en los últimos años, que se veían en ARCO, de que había que ir con un “uniforme” determinado, con unas propuestas determinadas, y en donde parecía que todo el mundo proponía absolutamente lo mismo. Creo que en Art Madrid hay una mayor apertura de ese diálogo y se puede ver un contexto pictórico o artístico tan amplio como el de ARCO, pero sin que haya esas torceduras de morro ante una figuración o una obra que esté dentro de lo que ARCO no defendía mucho, que es el valor del artista dentro de su trabajo, la figuración o el contexto figurativo, etc. Tengo unas expectativas que van a depender también del público cuando se acerce al stand de Luisa Pita y vea mi trabajo.