El videoarte de Bill Viola inunda el Guggenheim
6 jul. 2017
exposiciones
Avanzando cada día, 2002. "El diluvio"
Bill Viola (Nueva York, 1951) finalizó sus estudios en la Universidad de Siracusa en 1973. Es uno de los más destacados creadores contemporáneos de videoarte. Ha creado instalaciones, vídeos/películas, entornos sonoros, proyecciones de vídeo sobre paneles planos y obras para conciertos, óperas y espacios sagrados. Influenciado por la pintura clásica y por las culturas orientales y occidentales (budismo zen y misticismo cristiano), trabaja los temas más trascendentales de la existencia humana, como son el tiempo, la vida y la muerte y las emociones. A través de ellos intenta describir nuestra existencia en la tierra.
La habitación de Catalina, 2001
Su trayectoria artística se ha desarrollado en paralelo a los medios tecnológicos, y a los avances audiovisuales. A lo largo de su vida ha trabajado estrechamente con Kira Perov, su esposa y colaboradora. Entre sus primeras obras, se encuentran: “El estanque reflejante” (1977–79), que reflexiona sobre la llegada del hombre a la naturaleza, o “Cuatro Canciones”, que mediante narraciones musicales analiza las dinámicas psicológicas del individuo. En los 80, realiza producciones destinadas a la televisión y posteriormente crea instalaciones que llegarán a abarcar salas enteras envolviendo al espectador. Durante la década de los 90, incorpora en sus instalaciones elementos escultóricos, como por ejemplo la gigante pantalla giratoria de “Una historia que gira lentamente”, de 1992. En esta obra, la sala y todas las personas presentes en ella se convierten en una pantalla de proyección que cambia sin cesar y que engloba la imagen y sus reflejos, todo vinculado con la cadencia de la voz que recita y la pantalla que rota.
Rendición, 2001
Al llegar la pantalla plana de alta definición con el nuevo milenio, Viola experimenta con producciones en mediano y pequeño formato, que integra en su serie “Pasiones”, entre ellas podemos encontrar “La habitación de Catalina”, que muestra la intimidad de una mujer solitaria mientras realiza una serie de rituales cotidianos. Los trabajos de la última década siguen plasmando sus inquietudes existencialistas. Entre ellos se encuentra su último trabajo “Nacimiento invertido”, de 2014, en el que habla del nacimiento y la muerte a través de la oscuridad, la luz y los fluidos que simbolizan la esencia de la vida, (tierra, sangre, leche, agua y aire).
La ascensión de Tristán, 2005
Los videos de Bill Viola, con tiempos manipulados, normalmente ralentizados, acercan al espectador a la experiencia de salir de su acelerada realidad. El visitante podrá contemplar el videoarte más conmovedor en las salas del Guggenheim de Bilbao hasta el 9 de noviembre, además de tener la ocasión de participar en diferentes talleres y conferencias que se desarrollarán de manera paralela.
Nacimiento invertido, 2014