BRASSAÏ Y EL AMOR POR LA IMAGEN
28 may. 2018
exposiciones
La Sala Bárbara de Braganza de la Fundación Mapfre inaugura este jueves 31 de mayo su siguiente exposición dedicada a la obra de Brassaï, un fotógrafo húngaro que comenzó su andadura en el período de entreguerras y consiguió un amplio reconocimiento con su obra personal.

Esta es la segunda retrospectiva dedicada al artista en nuestro país desde aquella exposición organizada en la Fundación Antoni Tàpies en 1993. 25 años más tarde, la Fundación Mapfre propone este acercamiento a la figura de Brassaï gracias a la colaboración de numerosas instituciones que han hecho posible el montaje.

Nació en Brasov (en 1899, cuando aún pertenecía a Hungría). El itinerario europeo de este artista fue muy diverso y vivió en varias ciudades antes de desplazarse a Francia. Asimismo, su formación académica empezó en la Facultad de Bellas Artes de Budapest, aunque luego abandonó sus estudios para combatir en la Primera Guerra Mundial. Al final del conflicto, comenzó a trabajar como periodista en Berlín y más tarde en París, momento en el que dio un giro a su carrera. En la capital francesa experimentó una conexión inmediata con el lenguaje surrealista, y este interés le llevó a colaborar con Dalí, Picasso, Giacometti y Matisse, entre otros. Fruto de la alianza creativa con Dalí es la colección de imágenes “Esculturas involuntarias”, con la que inicia su senda personal con la fotografía.

Brassaï hizo acopio de numerosos elementos que encontraba en su vida cotidiana y que integraba en sus composiciones, muchas veces como mosaicos o como relatos secuenciales con los que deconstruir, reformar e interpretar la realidad, algo muy propio de la corriente artística en la que se movía. No obstante, su obra es difícil de encasillar. En su trabajo encontramos las imágenes de los grafitis urbanos del París de los barrios marginales, la exploración de la vida nocturna, con retratos “sin filtro” de los burdeles y las comisarías de distrito…

"Tanto si les gusta como si no, los pintores de la vida moderna son los fotógrafos", dijo Brassaï en 1949. Su fascinación por la capital francesa le llevó a recorrer todos sus rincones, a ir más allá de la belleza magnífica y monumental de sus calles, a buscar el pulso de su vida ajetreada y vertiginosa en la cumbre de los movimientos artísticos del primer tercio de siglo. Esta exposición abarca la amplia trayectoria de este artista y nos muestra su versatilidad en estado puro.