FRANCESCA POZA: POETIZAR LA MATERIA
25 feb. 2024
art madrid
ARTE & PALABRA. CONVERSACIONES CON CARLOS DEL AMOR
El hilo es uno de los materiales más aparentemente frágiles que existe y sin embargo, una conjunción de hilos puede ser indestructible. Es la victoria de la fragilidad frente a la fuerza bruta.
El hilo tiene, entre sus muchas virtudes, su significado, el real y el imaginado. Es un término que rezuma poesía y que nos lleva a pensar en seguir un rastro, en ocasiones infinito. A las ya muchas virtudes del hilo, Francesca Poza (Mataró, 1965) suma la palabra escrita, dotando así a sus obras de una firmeza siempre delicada pero casi imposible de romper. Teje entre letras y memoria, piezas que buscan asentar lo vivido, dejar huella en un mundo cada vez más efímero, más escurridizo, más líquido, más huidizo. En su obra se entrelazan de una manera armoniosa la poesía, la literatura y el tiempo, dando como resultado creaciones de una bella originalidad tan sutiles como contundentes.
Quizá Francesca ha logrado dar respuesta a aquello que se preguntaba Carmen Laforet en “Nada”, cuando decía: ¿Quién puede entender los mil hilos que unen las almas de los hombres y el alcance de sus palabras?
Si tuvieras que definirte como artista, en una frase, ¿cómo te definirías?
Me podría definir como una artista multidisciplinar que poetiza la materia.
El hilo es incluso anterior a la aparición de la escritura, quizá no sea exacto pero me gusta pensar que se empezó a “escribir” hilando… Luego llegó la palabra escrita y en ese encuentro lleno de historia y ancestros está tu obra. ¿Palabras hiladas, suena bien, no?
Palabras hiladas suena bien, la sutileza del hilo que organiza el tiempo, el vínculo, la continuidad, el ritmo de la literatura sin lectura, puesto que es una frase muy recurrente dentro de mi obra, que al hacerse y deshacerse la trama resurge la obra y la poesía.
¿Por qué todo el mundo dice que eres inclasificable? ¿No piensas también que vivimos deseando poner etiquetas? Es bonito ser difícil de clasificar. ¿Te sientes “bicho raro”...?
No, no me siento un bicho raro. Me gusta el hecho de ser inclasificable. Es difícil definirme, escultora, grabadora, tejedora. Yo intento hacer poesía con el material que tengo, entonces consigo que lo frágil nos hable, que nos transporte; que el papel, siendo materia y el hilo un símbolo, nos entren dentro.
Cuando uno se detiene ante tu obra tiene dos sensaciones, bueno tres, una de tranquilidad, las otras dos son paradójicas porque la primera impresión es la de fragilidad, sin embargo, al poco compruebas que esos “hilos” son fuertes porque están unidos y han hecho causa común. Es un poco como tantas cosas en la vida, ¿no?
Sí, realmente es lo que busco, que expresen ante todo paz y tranquilidad. Estamos pasando momentos muy difíciles y me gusta expresar lo bueno que llevamos dentro las personas.
La memoria es un territorio íntimo que en ocasiones nos traiciona siendo el olvido su principal enemigo. ¿Es tu obra contra el olvido?
Sí, el arte de la memoria y el olvido son un tema recurrente en mi obra, ya que he tenido y tengo el pensamiento de que tenemos que ser algo, que en la memoria nos tiene que quedar algo. Entonces, intento dar lugar a una poética plasmada en diferentes aspectos de la creatividad. Podríamos decir que esa esencia de conjunto de necesidades, de dejar constancia permanente, es porque no queremos que nos olviden, y esta es una manera que tengo de expresarme.
Tu obra es sumamente poética… ¿Qué crees que es imposible de poetizar?
Imposible no hay nada, nada que no se pueda poetizar. Y sí, mi obra es poética. ¿Por qué tejer? ¿Para qué? Poemas y tejidos viajan en la imaginación y se unen. Arte visual, arte manual, en pocas palabras: poesía.
El hilo deja rastro, las palabras dejan rastro…Tus obras dejan rastro. ¿Dónde te gustaría que condujera?
Las palabras dejan rastro y me gustaría que mis obras dejaran rastro: los sentimientos y sensaciones del observador. Que la obra de arte no fuera simplemente para decorar, sino algo que cuando te levantas por la mañana mires y te sientas otra vez diferente, que te deje algo que sentir.
¿Hacia dónde crees que va tu obra?
Mi obra en sí no sé a dónde va, lleva el camino, me va guiando en el día a día. Me gustaría poder seguir tejiendo poemas que viajaran en la imaginación, entrar y salir a través de los múltiples caminos a donde me van llevando el material y los sentimientos.