Art Madrid'25 – ¿QUÉ TIENE EL ARTE QUE DECIR SOBRE EL DÍA DEL TRABAJO?

Nuestra vida está en gran medida marcada por el tiempo dedicado al trabajo. Gran parte de lo que somos y proyectamos a los demás viene determinado por nuestra profesión. El arte no es ajeno a este fenómeno, y de hecho algunos movimientos artísticos son en cierta medida deudores del influjo que los avances tecnológicos en el mundo laboral han establecido en los procesos de producción y en las grandes factorías. Como una suerte de segunda revolución industrial, la innovación de las pautas de producción y la modernización de la maquinaria, así como la especialización profesional, han generado una cultura del trabajo hoy casi indisociable de la idea de una sociedad avanzada y adaptada a los nuevos tiempos.

Fotograma de la película "Tiempos modernos", de Charles Chaplin

El impacto de estos cambios en los procesos de producción se hizo notar también en las artes. Es por todos conocida la parodia de la línea de montaje que Charles Chaplin realizó en su película “Tiempos modernos” (1936). Si bien el contexto de este largometraje se sitúa en la crisis surgida tras la Gran Depresión, las nefastas condiciones de trabajo del personal de las grandes factorías reflejadas en el film son extrapolables a cualquier otro lugar del mundo. Se plantea una paradoja entre la inclusión de la maquinaria que viene a sustituir la mano de obra humana y aliviarlos de los trabajos mecánicos, y una mayor exigencia para los trabajadores forzados a rendir cada vez más.

Fortunato Depero, 'Rascacielos y túneles' (Gratticieli e tunnel), 1930 (imagen de elpais.com)

Pero el arte también se ha hecho eco del efecto positivo de estos adelantos para el mundo laboral. El futurismo, movimiento artístico de principios del s. XX que precedió el cubismo y se expandió a nivel mundial, se basa esencialmente en la captura del movimiento, la velocidad, el dinamismo y el progeso. Por este motivo, muchas de las obras más representativas de esta corriente incluyen maquinaria y artificios tecnológicos que se asocian a la evolución de la sociedad y a la vertiginosidad con la que las cosas se suceden en los tiempos modernos. Los futuristas elaboraron también un manifiesto, difundido en 1909 por el artista italiano Filippo Tommaso Marinetti, donde se recogen algunas de sus ideas principales, siempre en torno al tratamiento de la velocidad y la belleza de la maquinaria como signo de una época marcada por los avances y la innovación.

Cartel soviético de los años 30. "Las juventudes comunistas, la brigada de emergencia del plan quinquenal" (imagen de magnet.xataka.com)

También es paradigmática la inclusión de referentes al mundo laboral en la cartelería propagandística soviética. Si bien el futurismo era un movimiento artístico libre iniciado en Italia, para la Unión Soviética la propaganda era una herramienta de difusión clave, que el régimen sabía utilizar hábilmente para expandir su mensaje y ganar adeptos. La comunicación de un discurso basado en el deber ciudadano de trabajar, en la dignificación del hombre con el esfuerzo, en los beneficios del compromiso colectivo y del sacrificio rural, dieron como resultado obras con numerosas escenas de trabajo que hoy configuran un estilo y una estética inconfundibles.

Antonio Berni, “Manifestación”, 1934 (imagen de prevenblog.com)

En la década de los años 30 otros artistas comenzaron también a retratar las penurias del trabajo y las demandas colectivas exigiendo mejores condiciones para los empleados. No olvidemos que la fecha elegida para conmemorar el día del trabajo, el 1 de mayo, es un homenage a los mártires de Chicago, sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados por instigar y participar en varias revueltas para reivindicar una jornada laboral de 8 horas, en 1886. Medio siglo más tarde, las demandas de los trabajadores seguían originando movimientos de protesta, reflejados por los artistas del momento.

Mural Diego Rivera – Detroit Institute of Arts

Paradójicamente, fue también en esta época cuando las empresas trataron de difundir una imagen diferente del esfuerzo colectivo, para dignificar el papel de la clase trabajadora en torno a la idea del New Deal. Este intento por hacer una llamada a la contribución social para recuperar la economía, sobre todo tras la devacle de la Gran Depresión, llevó a algunas compañías a financiar murales de motivación que representaban a empleados en las fábricas norteamericanas. Así sucedió con algunos encargos hechos a a Diego de Rivera para factorías de Ford en Detroit.

 

RAÍCES AFUERA. CICLO DE PERFORMANCE X ART MADRID'25

Art Madrid celebra veinte años de arte contemporáneo del 5 al 9 de marzo de 2025 en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles. Durante la Semana del Arte, se convierte en una plataforma expositiva para galerías y artistas nacionales e internacionales. En esta edición, con el propósito de ofrecer un espacio de enunciación para los artistas que trabajan en torno a las artes performativas, la feria presenta Raíces Afuera, un ciclo de performance que explora las nociones de pertenencia y la necesidad de arraigo en un mundo contemporáneo caracterizado por la fragmentación, el desplazamiento y la desconexión. Situado en el contexto de la feria como un espacio crítico y reflexivo, el proyecto desafía la relación del individuo con su entorno, su comunidad y su sentido de identidad.


PERFORMANCE: LAS FRONTERAS SIEMPRE TIENEN DOS LADOS. ELÉONORE OZANNE

6 de marzo | 19:00h. Galería de Cristal del Palacio de Cibeles.


The real true tourist experience. Johanna Failer y Eléonore Ozanne. Registro de performance.


Sales de casa y te aguantan la puerta del portal: "Ay, perdón, gracias". Caminas por la calle, te viene alguien de frente: "Uh, perdón, gracias". Si llego tarde, si no encuentro algo, si no me siento en mi lugar, si pido ayuda o si no sé qué contestar… "Perdón, gracias".

¿Cuántas veces habremos dicho estas dos palabras?, ¿a quién? y ¿por qué? ¿por qué tu boca no suena igual que en la mía?


Día sí y día también. Eléonore Ozanne. Registro de performance.


En Las fronteras siempre tienen dos lados os invito en mi cabeza para hablar de fronteras. Fronteras grandes que asustan. Fronteras chiquititas que se olvidan, y todas las entremedias con las que vamos a negociar, construir o derrumbar.

Las fronteras siempre tienen dos lados es una obra que nos invita a reflexionar sobre las fronteras invisibles que forman parte de nuestra vida diaria. A través de las palabras "perdón" y "gracias", la autora plantea un diálogo sobre cómo, en nuestra interacción cotidiana, nos vemos constantemente enfrentados a límites y distancias, tanto físicas como emocionales. Cada vez que usamos estas palabras, estamos reconociendo una separación, ya sea al ceder el paso a alguien o al pedir ayuda en momentos de incomodidad. La obra pone en evidencia cómo esas pequeñas frases, que solemos repetir sin pensarlo, son una forma de negociar nuestras relaciones con el mundo y las personas que nos rodean.

En este contexto, las fronteras que se exploran en la obra no son solo las geográficas, sino también las sociales y personales. Las barreras que nos separan de los demás pueden ser sutiles, pero nos afectan de manera significativa en nuestra vida diaria. A través de estos gestos, estamos constantemente construyendo, derribando o aceptando límites que definen nuestra relación con el otro. Las fronteras siempre tienen dos lados nos desafía a cuestionar cómo percibimos estas fronteras y cómo las palabras, que parecen simples, reflejan las dinámicas complejas de nuestra existencia.


The real true tourist experience. Johanna Failer y Eléonore Ozanne. Registro de performance.


SOBRE ELÉONORE OZANNE

Eléonore Ozanne (Corbeil-Essonnes, Francia, 1990) es artista e investigadora entre Francia y España. Doctoranda en Bellas Artes por la UPV/EHU y la Université de Pau et des Pays de l’Adour. Su trabajo se centra en la relación entre cuerpo y fronteras en los espacios cotidianos. Mediante el desplazamiento, la artista multidisciplinar dibuja el concepto de frontera como límites físicos o muros invisibles que se atraviesan a diario. Emplea su cuerpo como eje central de su trabajo y explora mediante acciones, el desplazamiento a través, al otro lado o adentro de espacios o de tiempos predeterminados.

Ha sido ganadora de múltiples residencias en España, México y Europa, incluyendo NauEstruch y el CECDA en Veracruz. Ha colaborado con artistas como Pilar Albarracín y es miembro de los equipos de investigación Gizartea y Alter, donde participa de manera activa en explorar formas de entender la precariedad y los desplazamientos en la era de lo global. Su obra ha sido exhibida en festivales y espacios internacionales como Matadero Madrid y, Cidade da Cultura de Galicia.. Además, ha publicado textos sobre arte y precariedad en editoriales como Dykinson y la Universidad del País Vasco.



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