ARTE AFRICANO: VISTO DESDE LAS AFUERAS
4 ene. 2023
art madrid
El tejido en el que se producen las prácticas artísticas contemporáneas es un tiempo y lugar frenéticos, algo así como una entropía en constante expansión. Sin embargo, en tal “desorden”, se aprecian intenciones valiosas para quienes consuman la búsqueda de lo polifacético y no circunscrito a un espacio finito como es el geográfico.
Para el poeta senegalés Léopold Sedar Senghor, la negritud es un término que contiene una dualidad de significantes objetivos y subjetivos; es la conjunción de valores de la civilización del mundo negro y es también la manera en la que cada negro o colectividad negra, vive los valores de su civilización. La responsabilidad con la que este bien intangible puede construirse desde plataformas estéticas y artístico-visuales podría localizarse, por ejemplo, en la ciudad de Sitges, fuera de África. Pero respetando la esencia de los valores que han trascendido de una generación a otra, en la búsqueda de narrativas y ejercicios que reivindican la alteridad. Rompiendo con los esquemas que un tipo de primitivismo exótico ha rondado durante siglos el trabajo de artistas africanos o de ascendencia africana.
Out of Africa (OOA), fundada en el año 2011, es una de las galerías que participa en la 18 edición de Art Madrid. Con una amplia nómina y un permanente recorrido por la representación y promoción de artistas africanos y de ascendencia africana, propone un acercamiento a los trabajos de cuatro de sus creadores: Megan Gabrielle Harris, Médéric Turay, Rémy Samuz y Oliver Okolo. Manteniendo su deseo por defender la producción del arte africano contemporáneo, Out of África ofrece una plataforma expositiva para que artistas emergentes y consagrados puedan enunciar sus respectivas narrativas, valores y experiencias a través de sus propuestas creativas. Ofrece apoyo y visibilidad a la exploración, el crecimiento y la profesionalización de prácticas decoloniales en sus discursos curatoriales.
La propuesta expositiva que reúne los trabajos de estos cuatro artistas propone varias corrientes y manifestaciones, entre las que resaltan el retrato, la figuración, la escultura y el expresionismo abstracto. Cada uno de ellos sigue una línea de trabajo personal en la que exploran medios, temáticas y narrativas que invitan al debate sobre la identidad, la exploración de la individualidad y la evocación de los sentidos; propuestas que gravitan en torno a un tipo de emoción reveladora que se desmarca de la hegemonía de lo consciente y lo cotidiano.
Megan Gabrielle Harris, (Sacramento, Estados Unidos, 1990), es una creadora de ascendencia nigeriana que trabaja entre California, Nueva York y Ciudad del Cabo. En sus obras, la presencia de la figura femenina constituye el tema central. Y sus paisajes en acrílico sobre lienzo, reproducen toda vez a la figura femenina, libre, empoderada y segura de su lugar en la ecuación de la contemporaneidad. El tratamiento a la psicología de las otras y de ella misma, el abordaje de los otros cuerpos y el suyo propio, se alejan de los convencionalismos con los que históricamente se ha identificado a la mujer negra. La voz de autorreconocimiento impregna sus retratos y autorretratos de una fuerza liberadora; y es que la pintura de Megan Gabrielle Harris es un vehículo social para generar consciencia presente sobre cómo se ha representado al sujeto femenino africano durante siglos. Su investigación intenta romper con los códigos de asociación que colocan a la mujer negra africana dentro de una visión constreñida y poco respetuosa, vinculadas a un rol impuesto por la sociedad patriarcal, que subyuga y explota sus cuerpos físicos y degenera su yo espiritual.
La artista coloca entonces a la mujer en el centro de unas composiciones paisajísticas, con colores terrosos que se diluyen en un segundo plano y que impregnan de aún más fuerza visual su presencia. Como si de una columna vertebral se tratara, las retratadas aparecen con su cabellera imponente en el punto de fuga de la composición: Seguras, desafiantes, receptivas y contemplativas… Consigue así recrear escenarios de individualidad en espacios exteriores, de espaldas al espectador e incluso remedando algún que otro retrato convencional, de esos que se hacen tan comunes dentro de la historia del arte occidental pero que sencillamente, en el pasado, ella no hubiese podido ni imaginar. La obra de Harris pondera la libertad de expresión que en algunas partes del mundo ha conseguido la mujer y que, en otras, aun es una lucha por librar.
Médéric Turay, (Abiyán, Costa de Marfil, 1979), vive y trabaja actualmente en Marrakech, Marruecos. Es un artista multidisciplinar con una obra que se inspira en la figuración abstracto- geométrica, mezcla de esa cosmogonía que arraiga al artista a su pasado ancestral. Turay tiene un amplio reservorio de saberes, fruto de sus experiencias en diversas partes del mundo. Su formación, deudora de la música hip-hop, la novela gráfica y sus incesantes viajes por Estados Unidos y África. Estos saberes provocan en su trabajo una conexión experiencial, cuando el espectador se encuentra frente a sus entidades pictóricas, unas veces figurativas, otras abstractas y siempre impregnadas de una visualidad compleja y un fuerte matiz espiritual. El artista conserva y cultiva sus raíces a través de la utilización de máscaras y símbolos ancestrales, propias de Akán, en África occidental, pueblo del que le viene esa herencia que conecta con las fuerzas vitales que impulsan al ser humano.
Es así, cómo, en un intento por apartarse de estereotipos raciales, sociales, geográficos y políticos, funda un tipo de pintura expandida, performática, en la que se equilibran las fuerzas intrínsecas de la cruz y el espiral, símbolos recurrentes en su práctica. Estabilidad y dinamismo, rectitud y fertilidad, convierten a sus personajes en mensajeros de una cosmogonía en la que conviven pasado, presente y futuro. Lo complementario y lo diferente ponen sobre la mesa una verdad heredada; un universo visual en el que restablece el equilibrio para conducirnos hacia la meditación. Médéric Turay plasma en su pintura la íntima conexión del ser humano con la tierra, la vida, los ancestros, la familia y la sociedad. Su pintura es necesidad y urgencia; tradición y nuevas formas de aprehender el legado del pasado.
Rémy Samuz, (Cotonú, Benín, 1982), vive y trabaja actualmente en su ciudad natal. Sus esculturas cumplen el deseo de muchos artistas de humanizar con un soplo de vida sus creaciones inertes. La fuerza visual que acompaña sus tejidos en metal comenzó, cuando siendo solo un niño se dedicaba a modelar miniaturas de personajes que, en aquel momento, resultaban todo un misterio para quienes le rodeaban. Su formación artística, acompañada de la especialización en metalurgia han propiciado que este artista domine casi a la perfección la técnica de tejido de hilo en hierro. La rigidez del metal no le impide “divertirse” en la conceptualización de esculturas que abordan nociones vastas sobre la familia, la libertad, la identidad, la felicidad y el amor.
Oliver Okolo, (Suleja, Nigeria, 1992), vive y trabaja en Abuja, Nigeria. De formación autodidacta, es un joven artista que ha encontrado en la representación de la figura humana el camino para desarrollar sus universos creativos. El velo con el que suelen solaparse conflictos y problemáticas sociales, construyen la narrativa que luego el artista vuelca en los rostros de sus protagonistas. Calma aparente, desenfado, indiferencia y algunos vestigios de enajenación, son ideas que pueden confundir al espectador en esa fina e inteligente crítica que el artista relata en sus hombres y mujeres,apaciblemente ubicados en escenarios en calma. La ausencia del caos, el amor en el aire, el cielo verde, la guitarra amarilla, el naranja o el azul, son claves semánticas para activar la presencia de tensión en los rostros de las figuras que provocan al espectador. La aparente sencillez del retrato -conseguida con soltura y realismo- sostiene la fuerza expresiva que Okolo trabaja tanto con la versatilidad del carboncillo, como con las texturas del pincel. La búsqueda de la perfección tecnicista es una de las obsesiones de un artista que apuesta por utilizar sus referentes en un tipo de obra que dialoga con la alteridad. Proponiendo una lectura actualizada de lo heredado en la actualidad contemporánea, y que se inscribe en un tiempo dilatado y no en un territorio inamovible.
Cuatro artistas africanos y de ascendencia africana, llegan a Art Madrid en esta edición, con una intrépida propuesta expositiva que irrumpe en el escenario de la producción nacional. para construir un relato sobre la identidad, la fundación de lo emergente y la urgencia de una mirada desprejuiciada hacia la producción artística africana. La calidad estética y formal hacen que no pasemos por alto su presencia en el recinto expositivo. Cada uno de estos artífices es dueño de una razón histórica que nos recuerda que, desde afuera, también podemos apreciar la verdad de los otros.