Theo Jansen. Criaturas Asombrosas en Fundación Telefónica
4 nov. 2015
agenda
“El mar no hace más que subir, y esto amenaza con hacer retroceder los límites de nuestra tierra hasta donde estuvieron en el medievo. Y todos sabemos que en ese minúsculo trocito que nos va a quedar poco podremos hacer. Por tanto, la gran cuestión es: ¿cómo hacer llegar más granitos de arena a nuestras dunas? Sería fantástico si tuviéramos unos animales que removieran la arena de nuestras playas, que la arrojaran al aire, para que, a continuación, el viento se encargara de llevarla hasta las dunas”. Con estas palabras, el holandés Theo Jansen (1948, Scheveningen) hablaba por primera vez de sus criaturas en un periódico, entonces eran sólo un proyecto de ingeniería con mensaje ecológico y destinado a frenar algunos de los efectos del cambio climático. Sin embargo, sus Strandbeest, las Bestias de la Playa empezaron a tener vida propia, más allá de las manos de su creador.
Las esculturas cinéticas de Theo Jansen se componen de tubos plásticos de las instalaciones eléctricas, de cañas, botellas,... materiales industriales que toman forma de rudimentarios esqueletos gigantes y que se mueven gracias al viento que corre por las playas holandesas. Estos seres caminan por la arena, evolucionan en nuevas generaciones y mueren apenas pasado un año, convirtiéndose en artísticos fósiles de la era postmoderna. Jansen, que se formó como ingeniero y científico en la Universidad Tecnológica de Delft, quedó fascinado por el libro “El relojero ciego”, del zoólogo británico Richard Dawkins, sobre la teoría de la evolución y la selección natural de las especies y decidió crear criaturas cada vez más autosuficientes y autónomas, capaces de sobrevivir y perpetuarse en su hábitat.
Ahora, en Espacio Fundación Telefónica, en la exposición THEO JANSEN. ASOMBROSAS CRIATURAS, se pueden ver y tocar 13 de sus 40 sus creaciones vivas y fósiles, con nombres tan evocadores como Ordis, Currens Vaporis, Currens Ventosa, Rhinoceros Tabulae o Percipiere Primus...
“Las barreras entre el arte y la ingeniería existen sólo en nuestra mente”, asegura Jansen. Pero las suyas son más que esculturas cinéticas que proporcionan experiencias estéticas a través del movimiento. Las Strandbeest nacen de un proceso creativo que mezcla la matemática ( trece “números sagrados” que Theo Jansen calculó hace 25 años con un ordenador Atari y que indican la longitud de los tubos que componen las patas y definen la peculiar forma de caminar de los animales de playa), la ecología (el contacto con la naturaleza y los materiales lleva a Jansen a inventar cada animal) y la evolución biológica (Theo las bautiza en un cajón de madera en octubre, dan sus primeros pasos durante el invierno, en primavera se liberan en la playa y al terminar el verano, las criaturas expiran). El objetivo de este meditado proceso: crear criaturas más veloces, más complejas y más autónomas. Hoy, Theo Jansen trabaja (desde 2006) en “Cerebrum”, una criatura dotada de antena y podómetro que le permitirá evitar obstáculos y alejarse del agua.