Art Madrid'25 – El Bosco exposicion del centenario Museo del Prado

 

 

 

Hace 500 años falleció una de las figuras más enigmáticas, geniales y fascinantes de la historia del arte, Jeronimus van Aeken, nacido en s’Hertogenbosch (Paises Bajos), fue conocido toda la vida con el sobrenombre de Bosch (El Bosco para los españoles).

 

 

Ahora, la mayor pinacoteca de España ofrece la mayor exposición del genio con motivo del V centenario de su muerte, una ambiciosa muestra comisariada por Pilar Silva, Jefe de Departamento de Pintura española (1100-1500) y Pintura flamenca y Escuelas del norte del Museo del Prado, que incluye obras del Albertina y el Kunsthistorisches Museum de Viena, el Museum of Fine Arts de Boston, The Metropolitan Museum of Art de Nueva York, la National Gallery de Washington, el Musée du Louvre de París, el Polo Museale del Veneto de Venecia, o el Museo de Arte Antiga de Lisboa. En total 65 obras de arte de las que 25 han sido atribuidas al propio Bosco, nueve a su taller, y el resto correspondientes a otros artistas de la época.

 

 

 

 

 

Por la complicación de ordenar cronológicamente la vida y obra del neerlandés, la muestra está divididad en 6 secciones temáticas: Infancia y vida pública de Cristo, Los santos, Del Paraíso al Infierno, El jardín de las delicias, El mundo y el hombre: Pecados Capitales y obras profanas, y La Pasión de Cristo. Las secciones cubren desde sus primeros apuntes de paisajes de su ciudad natal y sus inicios junto a otros pintores flamencos de la época, hasta su influencia en el arte del siglo XVI con el epílogo “Después del Bosco”. Una oportunidad para disfrutar de piezas excepcionales como el  'Tríptico de las Tentaciones de San Antonio', la ‘Adoración de los magos’, El Carro de heno y, como no, El Jardín de las Delicias.

 

 

 

 

Con “El Bosco. La exposición del V centenario” se recorren los temas esenciales que el Bosco trata en sus pinturas, fundamentalmente, religiosos y alegóricos. Estos últimos repletos de simbolismo y tradición de la época, de los vicios y virtudes de la sociedad que le rodeaba y de la que se solía burlar en sus lienzos, mostrándoles sus propias costumbres sociales y deformaciones morales.

 

 

 

 

La exposición es también necesaria desde la perspectiva del especialista ya que contribuye a desvelar numerosos interrogantes sobre su obra referidos, sobre todo, al análisis de su catálogo y su cronología. Además, el Museo del Prado, pionero en el estudio técnico de la pintura del Bosco, ha vuelto a analizar sus obras sirviéndose de los últimos avances. El visitante de esta exposición podrá contemplar parte de los resultados de este estudio en la reflectografía infrarroja y la radiografía de El jardín de las delicias, que permiten verificar el proceso creativo de la obra, con los sorprendentes cambios que el artista realizó desde que inició el dibujo subyacente hasta que concluyó la superficie pictórica. 

 

En el gran programa de actividades organizado en torno a la exposición se incluye el espacio audiovisual Jardín Infinito: un viaje sensorial por el tríptico de "El Jardín de las Delicias", creado por el artista Álvaro Perdices y el cineasta Andrés Sanz.

 

Diego Vallejo García

CONVERSACIONES CON MARISOL SALANOVA. PROGRAMA DE ENTREVISTAS. ART MADRID’25

Diego Vallejo García (Ávila, 1991) tiene una obra de corte clásico en el tratamiento o en la composición, pero con una temática actual. Estudió Historia del Arte antes que Restauración y Conservación, lo cual otorga un grado de conocimiento en sus proyectos que atraviesa lo teórico hacia lo práctico. Su trabajo es representativo de la tendencia a la pintura fragmentada y la superposición de realidades, desde la abstracción de campos de color al fotomontaje pintado de impactante realismo. Esa exploración fotográfica, es llevada al terreno de la distorsión pictórica.

El artista realiza un retrato generacional sin llegar a individualizar a nadie, buscando plasmar la personalidad colectiva de su generación, de las costumbres. Pinta todo con óleo, veladuras y materiales que emplea pensando mucho en la conservación de las piezas y su perdurabilidad.


Sinergias. 2024. Óleo sobre tela. 114 x 195 cm.


¿Qué rol juega la experimentación en tu proceso creativo?

Pienso que la experimentación en la concepción de mi obra es fundamental, ya que comienza incluso antes de tratar la propia materia de la pintura. Inicia en la configuración de la imagen, trabajándola a través de medios digitales como Photoshop o Procreate. Sin embargo, esa imagen será solo una guía al momento de pintar; a medida que avanza la obra y surgen accidentes con la materia, la imagen se va desligando del cuadro, y es el cuadro el que finalmente toma el control. Por eso, en mi pintura ocurren accidentes en los que se eliminan o aparecen elementos que en un principio no estaban planeados.


¿Cuáles son tus referentes?

Bueno, referentes tengo muchos. Si empezamos por los clásicos, el primero que mencionaría es Velázquez, así como toda la pintura del siglo XIX. En cuanto a los más actuales, podrían ser Rubén Guerrero, Ignacio Estudillo, Phil Hale, Sean Scully. Son pintores que, al final, tratan la materia más que la imagen. Creo que ese es el proceso natural de cualquier pintor figurativo: en un principio, intentar plasmar la realidad de manera más o menos fiel, y con el tiempo te das cuenta de que lo que debe primar sobre la imagen es la pintura en sí misma.


Fr Ltsch. 2024 Óleo sobre tela 195 x 195 cm.


¿Por qué tus obras inciden tanto en la nocturnidad?

No incide mi obra tanto en la nocturnidad, sino más bien en la luz. Lo que me permite la nocturnidad es trabajar la luz artificial, y lo que me da la posibilidad de tratar la luz en sus diferentes temperaturas y potencias para crear diferentes sensaciones o diferentes realidades.


¿Te sientes más cómodo retratando personajes individualmente o multitudes?

El retratar individuos o multitudes persigue el mismo objetivo: buscar un retrato de mi generación y de la sociedad a través de las costumbres y las acciones. ¿Cómo consigo este retrato sin que sea individual, sino colectivo? Eliminando el rostro de los personajes.


Nada es lo que parece. 2024. Óleo sobre tela. 146 x 195 cm.


¿Cuál es la importancia del movimiento, de la acción, en tus obras?

El movimiento y la acción están relacionados con la pregunta anterior, porque el movimiento de esos individuos, multitudes o personajes en la obra los identifica con un movimiento social y una identidad colectiva. También el movimiento que se percibe realmente en la obra, de desdibuje, viene a razón de tratar de crear un concepto de personaje más que un personaje en sí mismo.





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