Del divisionismo al futurismo en Fundación Mapfre.
28 abr. 2016
exposiciones
Hasta el 5 de junio, en la Fundación Mapfre de Madrid nos dan la oportunidad de saber un poco más sobre una época determinante en la historia de Italia, de finales del S.XIX a principios de XX, cuando la situación política, económica y social del país sufría una profunda crisis que determinaría en gran parte su concepto de nación de cara a la cercana Guerra Mundial. Asímismo, los artistas se embebieron de la realidad reinante e hicieron de sus obras un homenaje a su pueblo, comprometiéndose con sus carencias y penalidades y, muchos de ellos, participando de una intensa vida política.
La exposición 'Del divisionismo al futurismo. El arte italiano hacia la modernidad', organizada en colaboración con el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Trento y Rovereto, incluye 78 cuadros en 5 secciones, plantea cómo los pintores italianos encuentran un estilo que desemboca de forma natural en las vanguardias del siglo XX. Divisionismo y futurismo definen así el nacimiento de la moderna pintura italiana.
En una primera época, los pintores están profundamente influidos por el impresionismo y el puntillismo, por los estudios de la luz a los que pusieron firma italiana descomponiendo la pintura en 3 colores primarios creando un efecto vibrante sin igual, así nace el divisionismo. Sus temas reflejan paisajes naturales y escenas populares (bailes, maternidades…) hasta que empiezan a fijarse en las ciudades y en las desigualdades sociales, en la idea de transformación y de futuro. De esa época es Reflexiones de un hambriento, de Emilio Longoni, presente en la muestra.
El estallido de la lucha obrera y las protestas sociales en las capitales económicas italianas actúa como revulsivo en muchos artistas que se ven impelidos a abanderar la revolución. Un caso de éxito fué el futurismo, movimiento surgido en torno al manifiesto de Marinetti que invitaba a la ruptura, a la violencia y a la industrialización como solución de todos los problemas en vísperas de la Gran Guerra. Entre los artistas que se sumaron a este movimiento estaban los divisionistas Boccioni, Carrà o Balla.
El movimiento, la velocidad, la luz y el color eran símbolos de la vida moderna y este impulso fortalecía la idea de nación joven, fuerte y unida. El futurismo, una de las principales vanguardias del inicio del S.XX, desembocaría en una estética netamente abstracta y contemporánea sin olvidar nunca su militancia en la representación de la luz y el color.