Art Madrid'25 – Arte y Ciencia en Museo Thyssen Madrid

 

Diez piezas seleccionadas de la colección del Thyssen sirven ya para mostrar cómo los avances científicos han sido motor e influencia en muchos casos para el arte desde finales del siglo XX. El Humanismo, la industrialización, las teorías del color y de la luz, el descubrimiento de paisajes y especies, la botánica, la fauna,... la búsqueda de respuestas y la vocación por comprender cómo funcionan el mundo y la naturaleza es una característica compartida entre científicos y artistas y esta exposición retrata esas conexiones.

Los límites del universo, las ciencias naturales, las fauna, fueron el principal objeto de trabajo de los paisajistas americanos del siglo XIX, como se puede ver en obras como Verano en los Catskills, de James McDougal Hart, en Paisaje Sudamericano, de Frederic Edwin Church, o en la magnífica Orquidea y Colibrí, de Martin Johnson Heade.

 

 

 

A este primer grupo de obras siguen las dedicadas a las teorías científicas del color y la luz, en las que los pintores franceses de finales del siglo XIX y principios del XX fueron grandes especialistas: Matisse, los seguidores de Seurat o Signat, el fauvismo, el futurista Gino Severini con Expansión de la Luz, centrífuga y centrípeta, o la obra Contrastes Simultáneos de sonia Delaunay son ejemplos en la exposición de estos estudios cromáticos y tratados de óptica.

 

 

 

En una tercera sección aparece el concepto de tridimensionalidad, los intentos de crear dimensiones espaciales acordes a las modernas teorías geométricas que perseguían los artistas de las vanguardias, la cuarta dimensión de los cubistas, la representación total que buscaron maestros como Picasso, Max Weber - con Estación Terminal Grand Central- o Kupka, con Localización de Móviles Gráficos.

 

 

 

Arte y Ciencia se ubica en el balcón-mirador de la primera planta del Museo Thyssen hasta el 27 de septiembre de 2015.

 

Aurelio San Pedro

CONVERSACIONES CON MARISOL SALANOVA. PROGRAMA DE ENTREVISTAS. ART MADRID’25

Aurelio San Pedro (Barcelona, 1983) dibuja con gran delicadeza, centrando su atención en escenarios naturales y decantándose por el blanco y negro. La memoria es muy importante en su proceso creativo, que se basa en el tratamiento del recuerdo como vía de expresión plástica. Su formación en ingeniería y topografía impregna parte de la búsqueda de imágenes que le inspiran para escoger los paisajes ideales, que genera a partir de lugares reales y también fabulados.

El proceso de cada una de sus piezas es lento, suponiendo un concienzudo ejercicio de introspección para el artista. El papel es casi un fetiche para él, teniendo tanta importancia las partes que decide intervenir como las que deja en blanco. Fluctúa entre abstracción y figuración sin dejar de mantener un estilo propio, identificable y de un profundo calado.


Return to Oneself. De la serie Books and Landscapes. 2024. Técnica mixta. 100 x 100 cm.


¿Qué rol juega la experimentación en tu proceso creativo?

En mi proceso creativo la experimentación juega un rol muy importante a nivel conceptual y estético. La obra avanza en paralelo y a medida que van sucediendo acontecimientos, se va definiendo lo que será la obra final. En cuanto a nivel de producción, sí que depende mucho de la serie en la que me encuentre trabajando en ese momento. Por ejemplo en la serie Books, que es una serie realizada con fragmentos de libros, la tridimensionalidad es fundamental. Mientras trabajaba en ella, me iba encontrando con lo que es la prueba y el error; el residuo, la simplificación y la agilización de los procesos.

En cuanto a los dibujos, la experimentación física es mucho menor. Pero también hay encuentros, búsqueda de herramientas, ensayo y cambios dentro del proceso de trabajo . Por ejemplo, en Landscapes uso un lápiz con tres extensores que hace unos cincuenta, sesenta centímetros. En las dos últimas series, Iceland y Nature, he tenido que aprender a desplazarme y a ubicarme en la naturaleza y además también he tenido que depurar bastante la técnica a nivel de dibujo.


Siempre se topaba con la misma piedra. Detalle. de la serie Books and Landscapes. 2024. Técnica mixta. 10 x 19 cm.


¿Cuáles son tus referentes?

No podría señalar referentes estéticos concretos, pero sí mencionar aquellos que han dejado una huella en mi trayectoria. En primer lugar, a mi padre, por su vínculo con el arte y la arquitectura. También Antoni Marqués, un reconocido artista catalán con quien tuve la fortuna de aprender durante un año en su estudio.

A nivel histórico, la obra de Magritte y Joseph Kosuth ha sido una gran influencia para mí. En cuanto a lo formal, encuentro cierta conexión con el arte povera y me identifico con el minimalismo.


Twenty Dark Episodes. 2024. de la serie Books and Landscapes. Mixed media. 100 x 100 cm.


¿Cómo aplicas el recuerdo, la memoria, a tus dibujos?

Gran parte de mi obra, si no toda, se basa en este recurso. Comencé con la serie Diane, una serie de dibujos a lápiz que reproducían fotografías antiguas de Diane Arbus. En ellos, eliminaba a los personajes principales y sólo conservaba los fondos. Estos dibujos se complementaban con dípticos donde se incluía la descripción del personaje ausente, el lugar donde se tomó la fotografía y el año en la que se realizó. De este modo, se generaba un diálogo entre presencia y ausencia, explorando la memoria y el recuerdo.

Más adelante trabajé en Landscapes, una serie mucho más etérea en la que, a través del recuerdo personal, buscaba representar una imagen idealizada e indefinida. Actualmente, desarrollo Nature e Iceland, proyectos que reflexionan sobre la memoria natural en relación con la propia forma del paisaje.

Me interesa plantear preguntas como: ¿Cómo ha llegado una piedra hasta allí? ¿Cómo se ha formado este río meandriforme? Un simple paisaje encierra innumerables huellas y procesos. Para mí, esa es la esencia de la memoria en mi trabajo.


ST.3. De la serie Iceland. 2024. Lápiz sobre papel. 120 x 100 cm.


¿Cuánto tiempo te lleva trabajar en tus obras?

El tiempo que dedico a cada obra depende principalmente de su complejidad y de las características específicas de la pieza. En general, suelo invertir entre dos y cuatro semanas en cada trabajo, con una media aproximada de tres semanas. Esto varía, ya que algunas obras requieren más tiempo de reflexión, ajustes o detalles, mientras que otras pueden surgir de manera más fluida. La variedad en el proceso creativo es lo que marca la diferencia, ya que cada pieza tiene sus propias exigencias y ritmos, lo que hace que cada experiencia de creación sea única.


Return to Oneself. De la serie Books and Landscapes. 2024. Técnica mixta. 100 x 100 cm.


¿Por qué eliges transmitir mediante el blanco y negro?

El blanco y negro me atrae profundamente por su atemporalidad. Este enfoque visual no solo evita distracciones, sino que también elimina ciertos detalles que podrían restar misterio a la obra, permitiendo que el espectador se enfoque en lo esencial. La ausencia de color y la luz difusa que utilizo en mis obras contribuyen a una sensación de distorsión y vaguedad, lo que, para mí, amplifica el carácter enigmático de la imagen.

Al omitir el volumen y el color, se crea una atmósfera que invita a la interpretación, dejando espacio para que el espectador proyecte su propia narrativa sobre lo que ve. Esta cualidad de incertidumbre y sugestión es lo que considero tan potente en el uso del blanco y negro.





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