El trabajo de Víctor Manzanal gira en torno a la idea de la naturaleza humana en sus fronteras con lo animal, lo vegetal o lo inerte. A través de la escultura, con un interés especial en la materia y lo orgánico, investiga los procesos de transformación que dan lugar a nuevas dimensiones en los sujetos, cuestionando su esencia e individualidad.

Manzanal se interesa por elementos como la fosilización, la momicación, las guras petricadas de Pompeya o las huellas nucleares de Hiroshima y Nagasaki, ya que son procesos en los que el elemento vivo adquiere una nueva naturaleza permanente. En el polo opuesto, también le atraen los elementos de la cultura visual digital, de los cuales extrae metáforas que intenta llevar al mundo físico. Mediante lo simbólico, altera el orden visual habitual para aproximarse al misterio de lo vivo, su desaparición y la búsqueda de signicado que ello despierta, motivado por el temor a la insignicancia y el olvido.

En sus últimas piezas, aborda un sentimiento personal de duplicidad proyectado hacia el exterior, centrando su interés en los límites de la identidad y en problemas especícos de la escultura como la forma y el espacio. Sin pretender ofrecer un signicado preciso, al representar esta idea de repetición en el plano físico, emergen aspectos inquietantes que remiten a elementos del imaginario colectivo y que pueden desaar al espectador.