Kecskemethy es una artista que se permite asimilar influencias aparentemente opuestas y hacer de la pintura una rigurosa actividad mental. De sus obras se desprende que el significado de un cuadro no reside tanto en el motivo, sino en las relaciones formales internas que pudieran aparecer. Sus trabajos translucen la proyección de emociones y pensamientos sobre determinadas formaciones. Desmitificadora y juez implacable de la realidad, la artista nos propone desde sus obras una reflexión que se sitúa como una perspectiva lúcida del arte de nuestro tiempo.

A medio camino entre la sátira y la ironía, dicha reflexión puede ser, sin embargo, poco intuitiva para quienes se empeñan en complicar, con símbolos e intenciones, su propuesta, como si todo lo interesante debiera ser necesariamente oscuro. La búsqueda de la presencia oculta de las cosas, lleva a Kecskemethy a sumergirse en la realidad sin hacer distinciones entre lo objetivo y lo subjetivo, de tal forma que la pura materialidad es la que finalmente nos revela las vivencias acumuladas. De ahí que la artista se niegue a caminar por senderos trillados y que su obra se muestre como una superposición de etapas y estéticas diferentes.