Álvaro de la Vega
sobre Álvaro de la Vega
Paradela, (Lugo), 1954
Álvaro de la Vega se formó en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona y sobresale por su firme y coherente trayectoria en la que se destaca su presencia en galerías e instituciones tanto a nivel nacional como internacional -fundamentalmente Francia y Sudamérica- así como su participación en prestigiosas ferias de arte contemporáneo. El trabajo de De la Vega ha sido galardonado en numerosas ocasiones y su obra está presente en importantes colecciones como la de Abanca, Gas Natural Fenosa, Museo de Bellas Artes de A Coruña, Museo Provincial de Ourense, Fonds d´art Caixa, Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid o la del Museu d’Art Contemporani de Barcelona.
sobre sus obras
Álvaro de la Vega es un artista de trayectoria multidisciplinar, si bien desde comienzos de los años noventa su medio de expresión fundamental es la escultura, cuyo protagonista indiscutible es el ser humano. En sus figuras -aunque quizás deberíamos llamarlas “personas”- no acostumbra a personalizar fisonomías o identidades sino que sublima la expresión, le interesa que se palpen las huellas de las herramientas empleadas. Son obras con una vocación expresionista en las que busca mostrar la rudeza primitiva que impone el proceso cargadas de “sentimiento puro”, de impulso e inmediatez. Aunque también trabaja con materiales como el bronce, hierro, piedra o cerámica, la madera es su material predilecto, pues desde la infancia ha tenido un contacto directo con este material y, al vivir en el medio rural, se antoja insustituible y aporta esa apariencia rústica deseada por el artista. De un modo progresivo sus figuras se han ido desprendiendo de la soledad que las caracterizaba y han pasado a relacionarse entre ellas, los rasgos han ido adquiriendo mayor definición y la ropa ha ido cubriendo la anatomía humana; estilísticamente evoluciona desde un expresionismo inicial hacia un mayor realismo.