Johan Van Mullem (pintor belga nacido en 1959) persistió en su búsqueda juvenil de rostros arrugados, buscando la belleza que reconocía en una experiencia grabada en los rostros y en las manos. Desde entonces, el rostro sigue siendo el tema principal de su obra pero invirtiendo con el tiempo la huella de éste en su propio rostro mientras que estos sujetos parecen rejuvenecer, desapareciendo o emergiendo en un halo de luz en un sfumato a la antigua usanza, ofreciendo a la mirada una evasión hacia el mundo de la emoción, porque la obra de Johan van Mullem es una invitación a la introspección, a un viaje cuya carga emocional omnipresente no puede dejar indiferente ya que la profundidad es a menudo vertiginosa. La superposición y el borrado de las múltiples capas lisas de las tintas diluidas acentúan aún más esta sensación de presencia inexpresable en el lienzo. El dominio autodidacta de la tecnicidad específica y única de su obra, ya que sólo se ejecuta en tinta de aguafuerte (prolongación de su experiencia como grabador), confiere a su obra un carácter excepcional adicional. Artista completo, diseñador, pintor y escultor, (pero también poeta y músico) Johan Van Mullem se esfuerza por crear una obra múltiple, diversa pero absolutamente coherente que ofrece vínculos y puentes a todos nuestros sentidos despertados por esta obra que se proyecta tanto hacia el pasado como hacia una contemporaneidad.