Desde 1990, Florencia Martinez vive y trabaja en Milán. Formada en las Academias de Bellas Artes San Martín y De La Cárcova en su ciudad natal, fue alumna de reconocidos pintores como Dermijian, Carlos Gorriarena y Roberto Páez. Tras su traslado a Italia, su trayectoria artística evolucionó a través de distintas fases: inicialmente exploró temas como la inmigración, luego se centró en la violencia doméstica, especialmente en relación con la infancia, y más tarde investigó el material fotográfico de la posguerra.

A partir de 2002, su enfoque cambió hacia la vida cotidiana, abandonando gradualmente la documentación del pasado. Combinando fotografía y bordado, Martinez empezó a relatar historias íntimas de personas, transformando sus experiencias en huellas visuales que capturan la memoria y el presente.