Elisa Grezzani estudió pintura en la Academia de Bellas Artes de Urbino, Italia. Como base de su trabajo utiliza madera y papel, superponiendo capas de resina y colores fluidos que gotean por toda la superficie pictórica. Elisa suele trabajar simultáneamente en quince o veinte obras, este procedimiento le permite mantener una cierta distancia psíquica con sus creaciones. Las obras de Elisa se convierten en sistemas abiertos, interpretables y placenteros desde múltiples puntos de vista y poseen distintos niveles de lectura, que entrelazan la frontera entre armonía y disonancia, abstracción y concreción. En la combinación final de formas, colores y materia reina un fino equilibrio. Las numerosas capas de pintura confieren a las obras una dinámica individual, y los estallidos de color golpean al espectador a nivel emocional y físico. Vive y trabaja en el Tirol del Sur y expone en Italia y en el extranjero.